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Emilio Menéndez contra la insubordinación

8 de Junio del 2012 - Emilio Menéndez Gómez (Gijón)

En el periódico LA NUEVA ESPAÑA (día 6 de junio de 2012) escribe Javier Morán en su blog muchas palabras inconexas bajo el título «El presidente de los Gedeones».

Empieza sus palabras hablando del Sr. Barettino, alabando sus grandes conocimientos en materia contractual pública, algo que no me explico porque el Sr. Javier Morán, primero, no sabe nada de contratación pública, por lo que, segundo, entonces, ¿cómo sabe que el Sr. Barettino sabe mucho de contratación pública? Pero el Sr. Javier Morán sigue diciendo que «duda seriamente de que el Sr. Barettino tenga grandes lagunas de conocimiento acerca de las tramitaciones públicas». ¡Vaya secuencia lógica la del Sr. Morán! Lo que el Sr. Morán ignora es que Emilio Menéndez Gómez ha publicado tres libros sobre contratación pública en la Editorial Aranzadi, editorial de reconocido prestigio, mientras que ni el Sr. Barettino ni el Sr. Morán han publicado libro alguno siquiera sobre la nada en editorial alguna.

Y sigue diciendo el Sr. Morán, no se sabe con qué base, salvo que se lo haya copiado de las palabras escritas del Sr. Francisco Garcia, «que el presidente amonestó al subdirector –groseramente en público– por no asistir, según testigos presenciales…». Aunque no es fácil explicárselo Sr. Morán, ha de saber que en toda organización hay una jerarquía, de forma que los subordinados han de obedecer a sus superiores. En este caso el Sr. Barettino es un subordinado, jefe de área, que no subdirector, por lo que durante la jornada laboral ha de obedecer a sus superiores jeráquicos: el presidente y el director del Puerto. Y la jornada sobre contratación pública se daba en la jornada laboral: de 9.00 a 10.30 horas. Claro que usted defiende que no se ha de obedecer al superior jerárquico, pero va por mal camino, compórtese así con el director del periódico en que escribe esas palabras y verá cuánto dura su escritura inconexa haciendo apología de la insubordinación. Ese mismo día, tras la heroica azaña matinal, el Sr. Barettino se dio de baja por enfermedad y se marchó a su casa. Por eso, conviene recordarle que, unos días después, el viernes día 1 de junio, siguiendo de baja por enfermedad, el Sr. Barettino se presentó a mediodía en Tazones para comerse una mariscada junto con otros colegas y ex colegas del Puerto, todos perfectamente identificados. Pero desde entonces no ha vuelto a su trabajo a la Autoridad Portuaria. Sigue de baja. Siga defendiendo la insubordinación laboral.

Y como el Sr. Morán sólo sabe copiar, sin esforzarse en contrastar las fuentes, típico de un mal periodista, asevera en sus palabras que a los asistentes a las charlas contractuales les he instado a comprar mis libros. Malo, muy malo, Sr. Morán. Eso es completamente falso. Pero no se lo explico porque no lo va a entender. Usted ni siquiera tiene libro alguno que ofertar a nadie. Le animo a que se realice, a que escriba alguno, se lo publique alguna editorial de reconocido prestigio, y cuando dé clase se lo muestre a sus alumnos como refrendo de su capacidad docente.

También dice, aunque no lo contrastó, que se me escuchó decir «Mi libro debe estar en todas vuestras mesillas de noche, como la Biblia protestante en los hoteles». ¡Qué cortedad mental...! Tampoco se lo voy a explicar porque no lo podría entender. ¡Lo ha vuelto a copiar de su colega!, pero tampoco estuvo allí. Habla de oídas, a tontas y a locas, ¡vaya periodismo del siglo XXI…! Pero lo que más me preocupa de su referencia a los Gedeones es que su atribulada alma jamás podrá subirse a la barca de Caronte para atravesar la laguna Estigia, por lo que vagará eternamente, por las orillas del río Aqueronte desorientada y sin rumbo fijo, afligida por las falsedades y crueles mentiras que de forma intermitente van destilando sus inconexas palabras ajenas al periodismo.

Sr. Morán, aunque no lo pueda comprender, los libros de contratación pública, cuya elaboración exige un gran esfuerzo, no dan tanto como sus ofensivas, crueles e insolidarias palabras inconexas, pero para los entendidos en la materia satisfacen el espíritu del alma, transfieren el conocimiento a otros seres inteligentes y jamás son insultantes. Dígaselo al Sr. Barettino, jefe de área de la Autoridad Portuaria de Gijón, que ha abandonado su puesto de trabajo en las postrimerías de mayo, al tiempo que aprovecha para saludarle efusivamente por su ejemplar comportamiento de insubordinación, ejemplo sin par, en los tiempos que corren, para el resto del personal de la APG.

Emilio Menéndez Gómez,

presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón,

Gijón

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