A propósito de la crisis
Algunas (otras) consecuencias de la crisis de 2009
Apenas hay conversaciones, programas, tertulias, portadas de periódicos y comunicados de todo tipo, sin alusiones directas o relacionadas con la crisis; si no fuera por la desgraciada incidencia en la estabilidad familiar de la mayoría de los hogares, hasta resultaría insoportable tanta insistencia, tanto pesimismo, tanta catástrofe cuando, en realidad, no está pasando más que un ajuste a unas políticas y a unas prácticas financieras y de mercado basadas en el consumo, la ostentación y la apariencia que, todos, sabíamos que cualquier día podían y tenían que reventar.
Las prácticas de lo políticamente correcto, como el buenismo, la solidaridad de salón, la falta de autoridad y el intentar contentar a todos a base de un paternalismo aparente e indiscriminado en función de los intereses partidistas del momento, han sido el cauce más apropiado para trasladar de una forma natural y hasta reivindicativa para muchos, la situación que se vive hoy en día en nuestros hospitales, en nuestros colegios, en nuestros ayuntamientos, en nuestras ciudades y en nuestros hogares donde, por regla general, apenas se mantienen o simplemente han desaparecido, valores tan importantes como la educación, la solidaridad, el respeto, la iniciativa, la ilusión de proyectos basados en el esfuerzo y la capacidad creativa de cada cual. Son muchos los jóvenes que sueñan un futuro como ases de las finanzas, de la política, del estrellato de cualquier actividad donde, para llegar a ser alguien, lo importante no es una buena preparación, unos conocimientos, un oficio, un trabajosi no que, es más cuestión de suerte, de un look a la moda, de unos contactos adecuados, de un pelotazo o un negocio rápido o un puesto de funcionario o político desde donde se puedan realizar ciertas aspiraciones
Muchas de las caras que aparecen en el ranking de los más sobresalientes y que suelen aparecer en programas estrella de la televisión, son personajes de medio pelo y a menudo, con problemas con la Justicia, sin otro oficio ni dedicación que su popularidad, la mayoría de las veces a base de algún desfalco, escándalo o actuación socialmente reprobable.
Estas son las reglas y la sociedad, todos nosotros, solo hemos ido jugando con arreglo a las posibilidades (las cartas) a las que teníamos acceso y a lo que parece, es como si las cartas estuvieran marcadas y por tanto, hemos perdido la partida y casi todo lo que había en juego encima de la mesa; como en cualquier partida de cartas, pierden más los que más arriesgan y suelen perderlo todo quienes no disponen de más recursos para seguir jugando, tal como nos dicen cada día en todas las radios, televisiones y periódicos y que nos venden como consecuencias de la crisis.
Las otyras consecuencias de la crisis, que también las hay, deberán salir de la reflexión que necesariamente tiene que realizar el perdedor: dejar el juego y buscar algo seguro para vivir tranquilo y sin sobresaltos. Costará desprenderse de la rutina y las costumbres pero las circunstancias actuales son las que son y desde esa perspectiva, no hay muchas otras opciones por lo que tanto individualmente como de forma colectiva, casi todos empezaremos a reflexionar sobre lo que hicimos o nos hicieron hacer mal y lo que necesitamos para vivir tranquilos y sin sobresaltos.
Para muchos volverá la necesidad de valorar lo que somos, lo que tenemos y a lo que tenemos derecho desde nuestros esfuerzo, nuestras posibilidades y nuestra posición, con lo que nacerá un nuevo sentido de solidaridad en función de los individuos y no de la situación, que es difícil y complicada para la mayoría; de igual forma, volverán a surgir valores como: la educación, el saber estar y el esfuerzo que hay que realizar para conseguir un trabajo seguro o llegar a ser un profesional.
Los bancos y entidades financieras nos atenderán y tratarán en función de los recursos mensuales que generemos y no por el patrimonio que podamos aportar y limitarán los créditos a lo que realmente se pueda pagar cada mes que, de casas, fincas e hipotecas basura como las desencadenantes de la crisis, ya están saturados. De igual forma, los gobiernos de la nación, de las comunidades autónomas y los ayuntamientos analizarán con lupa las subvenciones y gastos para el mantenimiento de servicios y actividades de bienestar que disfrutamos aunque, es posible que se produzcan algunos recortes y hasta cuotas prepago para determinados servicios.
No cabe la expresión de: no hay mal que por bien no venga, pero de alguna forma y a pesar de lo difícil que resultará para muchos, esta sociedad tan avanzada para muchas cosas, empezaba a perder el rumbo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo