Los despedidos del Parque Móvil de Fábrica de Mieres

En LA NUEVA ESPAÑA de viernes 18 de mayo de 2012 leo que Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, descubren una placa en recuerdo de la revuelta de 1962 surgida en la mina mierense ubicada en Nicolasa .

Quien suscribe y firma este escrito nada tiene que objetar por que Cándido e Ignacio hayan descubierto una placa en recuerdo de la huelga del 62 pero... ¿sabían estos dos señores lo que ocurrió en el mes de abril del año 1964 estando los mineros del pozo San Nicolás una vez más en huelga?

He leído más de una vez en LA NUEVA ESPAÑA temas relacionados con los mineros del pozo San Nicolás (Nicolasa) y la huelga del año 1962. Pero observo, que nada se dice de lo que ocurrió cuando en el mes de Abril del año 1964 los mineros del pozo antes mencionado y, en aquel tiempo propiedad de la extinta Fábrica de Mieres, una vez más, se declararon en huelga por motivos laborales (... ).

Esta segunda vez, ya hacia un mes que habían comenzado la huelga y no se vislumbraba el cese de la misma. Como los profesionales que laboraban en el Parque Móvil de Fábrica de Mieres (conductores, palistas, tractoristas, etcétera) estaban adscritos a la reglamentación de la Minería Asturiana, este colectivo y previa asamblea clandestina, consideraron un deber apoyar a los mencionados mineros para lo cual todo el personal del parque móvil que estaban adscritos a la reglamentación de la minería asturiana secundaron la huelga de los mineros. Cincuenta en total. ¿Qué ocurrió con estos cincuenta nuevos huelguistas en apoyo de los mineros del pozo San Nicolás? Ocurrió que pasados tres (3) días en huelga la empresa Fábrica de Mieres los despidió a todos, para expresarlo más finamente, les anuló el contrato laboral.

Por cuestión de espacio no puedo reflejar aquí los nombres de todos por lo que me limitaré a nombrar solamente a seis de los que ya no están con nosotros en este mundo. Espero que este recuerdo hacia ellos sirva como un homenaje y también para todos los de más.

Estos son: Manuel Silva Sánchez, Eugenio Díaz Martínez, Luis Marcos Cea, Manuel Jurado Jerez, Manuel Gutiérrez Llaca y Rogelio Cirino Alonso Nieda, y así... hasta cincuenta.

¿Qué hicieron los mineros huelguistas del pozo San Nicolás ante el despido de estos obreros cuyo «delito» solo había sido solidarizarse con ellos apoyándoles en sus reinvocaciones laborales? Pues hicieron lo que todos y cada uno de los despedidos no esperaban que hicieren: a los dos (2) días siguientes al despido de los trabajadores del parque Móvil de Fábrica de Mieres (el pozo San Nicolás también era propiedad de la misma Fábrica) los mineros abandonaron la huelga para reintegrarse a sus puestos de trabajo dejando a quienes habían salido en su defensa con la carta de despido en sus manos; un despido que duró siete (7) años.

Quien ostentaba el cargo de delegado sindical en Mieres del Camino en aquel tiempo, todo un Caballero con mayúsculas (lo digo así por que he conocido y tratado personalmente a este señor y puedo asegurar que, para él, el despido de estos cincuenta trabajadores fue muy doloroso y, mucho más, por que a pesar del cargo sindical que ostentaba no le fue posible hacer nada por que aquellos cincuenta trabajadores fueren reintegrados a sus puestos de trabajo. Y me consta que lo intentó en repetidas ocasiones.

Mi intención era no reflejar aquí el nombre de este señor delegado sindical ya fallecido, por que no cuento con la autorización de su familia (hijos, etcétera) pero me apena no hacerlo ya que el haber sido delegado sindical en la dictadura franquista puede dar lugar a malas interpretaciones. Pues no, no puede haber malas interpretaciones tratándose del finado don Avelino Caballero: hizo todo lo posible para que el reingreso de estos trabajadores fuere un echo consumado pero, no pudo conseguirlo ya que como se vio a través del tiempo aquel despido había sido más especulativo que de castigo.

Y digo especulativo por que los mismos directivos involucrados en el despido de estos cincuenta trabajadores vieron como sus cuentas corrientes bancarias aumentaban considerablemente al alquilar camiones y paleadoras mecánicas de su propiedad (adquiridas para tal fin) para realizar trabajos a la empresa Fábrica de Mieres que ellos mismos representaban en sus altos cargos y de la que habían despedido a los trabajadores que tenían encomendado este menester.

Como he dicho más arriba el despido de estos trabajadores duró siete (7) largos años; pasado este tiempo, fueron readmitidos todos gracias a las gestiones realizadas por don Manuel Marín Martín, director de recursos humanos en aquel tiempo de la empresa Uninsa ya que fábrica de Mieres se había fusionado con esta empresa para un tiempo más tarde reintegrarse a Ensidesa.

Como se dice que a Dios hay que darle lo que es de Dios y al César lo que es del César, me alegraría saber que tanto don Cándido Méndez como don Ignacio Fernández sepan valorar la intensa lucha laboral de aquellos tiempos contra la dictadura franquista. Pero sin duda alguna, la lucha de todos y todas.