Memoria selectiva activada por cien mil millones
Lo de la memoria selectiva es para mí claramente un eufemismo con el que se consuelan los que pueden engañarse a sí mismos; aquellos que la tienen, la memoria, como un queso de gruyere del que sólo les quedan los agujeros. Yo soy uno de estos, de los desmemoriados, no de los que disfrutan de memoria selectiva. De ahí que aún queriendo no podría pormenorizar en el asunto que me trae, a no ser, claro está, que estuviera dispuesto a darme un palizón buscando datos; pero no estoy dispuesto a dármelo.
¿Qué trae a mi consciencia este pastón destinado, según Rajoy, alérgico a la palabra rescate aplicada a España, al rescate de la banca?
Primero, en algunos aspectos soy de lo más común, la necesidad de averiguar qué entidades van a ser las socorridas. Doy en hueso. No pude hallar nada concreto, salvo que ni el Santander ni el BBVA están metidos en esa movida, ¡y! que las principales destinatarias van a ser las Cajas, que están hechas unos zorros.
Hilvanando. ¿Quiénes vienen administrando las Cajas? Políticos o tragaldabas designados por ellos. ¡Hasta el Gobernador del Banco de España, Mafo invictus, fue en su momento designado por el PSOE! Sindicalistas y toda una caterva de atracadores seudo legales que no tenía ni puñetera idea de administrar, pero altamente cualificados para trincar.
Aquí se me bifurca el hilván, y escribir dos pensamientos a un tiempo no es posible ni, en caso de poder, resultaría inteligible. Primero uno, escueto: resulta explicable que ni al Gobierno ni a la oposición le parezca éste el momento indicado para buscar responsabilidades en este desaguisado cajero; ni éste ni ningún otro momento, claro.
Y lo que produce loquicardia: Y toda esta caterva de, falsamente denominados, administradores, consejeros, etc. con remuneraciones a la carta de cientos de miles de euros, ¡cada uno! ¿Qué? ¿De regodeo vitalicio, como viene siendo tradicional en este, para ellos, paraíso terrenal?
Y dos preguntas retóricas en una: ¿Los cien mil millones a quiénes les van a entrar y, más los intereses, a quiénes se los van a sacar?
Pues eso.
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