¿Tendrán que volver nuestros/as políticos/as a las aulas?
Los docentes estamos cansados de oír mentiras y falsedades sobre la evaluación y la carrera profesional. La realidad, para que se aclare de una vez la opinión pública, es que se nos propuso la firma voluntaria de adhesión a la carrera profesional que conllevaba un aumento salarial. Pero nada se sabía de cómo, cuándo o qué se iba a evaluar. Buena parte del profesorado firmó sin saber a qué se les obligaría, en qué iba a consistir y cómo se les iba a evaluar. Una minoría, en señal de protesta por semejante chapuza, se abstuvo de firmar y, por tanto, de cobrar el sueldo que realmente merecen. Ahora, visto el despropósito al que nos someten, todos protestamos.
La protesta del profesorado ya no es sólo por la forma en la que se ha establecido la evaluación, sino también porque nos sentimos maltratados, desprestigiados e insultados por nuestros políticos y gobernantes regionales.
La ilustrísima señora Ana Rosa Migoya hace declaraciones falsas y maliciosas con la finalidad de poner a la opinión pública en contra de los docentes. Miente cuando hace referencia a una subida salarial del 38 por ciento desde 2002 y no contenta también proporciona datos sobre absentismo del funcionariado en los que no se refleja la verdad sobre nuestro colectivo, cuyo absentismo está muy por debajo de la media a la que ella se refería.
El señor Fernando Lastra declaró hace unos días: «hay gente que las está pasando putas para que éstos que cobran todos los meses –en referencia a los profesores– crean que son los únicos que tienen problemas». Queremos dejarle claro que nuestras reivindicaciones no tienen nada que ver con una subida salarial y que nosotros no tenemos la culpa de la situación actual de nuestra economía. Si hubiera que buscar responsables quizás él y sus compañeros de partido deberían, previamente, cuestionarse su labor y su contribución al bienestar de los asturianos a lo largo de estos años y no solamente al suyo propio.
Los políticos deberían ser previamente profesionales, trabajadores que conozcan la realidad de nuestra sociedad y no oportunistas con carné de partido. Debería ser gente que deje su profesión para trabajar en política puntualmente y no se acomode a los cargos de por vida. Gente que conozca y valore el esfuerzo de los trabajadores y que los respete.
A nuestro alumnado tratamos de hacerles pensar y reflexionar antes de hablar, ¿habrá que invitar a estos políticos a nuestras aulas para que aprendan algo?
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