Querido Mariano...
Cuando estabais en la oposición, nos decíais que la prima de riesgo estaba por las nubes por culpa del gobierno, que estábamos al borde del rescate por culpa del gobierno, que los cinco millones de parados eran por culpa del gobierno, que toda la deuda del país era por culpa del gobierno, que no se nos respetaba en Europa por culpa del gobierno, que no había crédito por culpa del gobierno, que los mayores recortes de la historia los había hecho el gobierno porque le obligó Europa, que la soberanía del país no estaba en nuestras manos por culpa del gobierno, que teníamos un presidente que no generaba confianza, que debido a esto los mercados nos atacaban con fiereza, que había que echar al inepto causante de todos estos males y que vosotros erais los únicos que podíais arreglar el desaguisado.
Y os presentasteis como los auténticos generadores de confianza que salvarían al país (perdón, a España) del desastre, pregonando a los cuatro vientos y con todos los medios a vuestro alcance, vuestro patriotismo, vuestra solvencia en cuestiones económicas, vuestra limpieza en cuestiones de corrupción, vuestra seriedad, vuestra austeridad, vuestro cumplimiento de la palabra dada, vuestro modo de hacer las cosas como Dios manda y vuestra claridad de ideas.
Alguno de vosotros lo explicaba de esta manera:
"Sabemos qué es lo que hay que hacer y vamos a hacerlo, y por eso hacemos lo que hemos dicho que íbamos a hacer, y por eso seguiremos haciendo aquello que nos toca hacer a pesar de que algunos no se crean que vamos a hacer lo que hemos dicho que íbamos a hacer".
Después de estos mensajes tan claros, mucha gente os creyó y llegasteis al gobierno y empezasteis a gobernar (perdón a recortar) y después de seis meses, entre la herencia recibida, la aportación propia y la necia realidad, los resultados obtenidos son espectaculares.
Aunque parezca increíble, habéis batidos sobradamente todos los records anteriores, que por cierto, ya eran buenísimos.
No voy a hacer leña con aquello de al pan, pan y al vino, vino, con el incumplimiento (una tras otra) de vuestras promesas, además de otras lindezas, para qué, ya sabemos que todo es culpa de la herencia recibida.
Pero parece que arreglar esto no era tan fácil, parece que las dificultades existentes no dependían únicamente de la ineptidud de los anteriores (que también), parece que había otras circunstancias importantes a valorar, que si las desconocíais os colocarían en el mismo nivel de ineptitud y si las conocíassi las conocíais, mejor me reservo el calificativo.
Quizá deberías de haber sido más prudentes con vuestros mensajes, con vuestras promesas, con vuestras valoraciones de la situación, con vuestras descalificaciones, con vuestra prepotencia, más que nada por que vuestra aportación a este desastre no es baladí.
Así ahora quizá podríais acudir en busca de solidaridad (esa que reclamáis y de la que no hicisteis gala en vuestra etapa anterior), para poder explicar con toda claridad, sin eufemismos, sin mentiras, sin tener que esconderos y con la cara limpia, la situación a la que ambos (los anteriores y vosotros) habéis conducido a este país
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