Desolación
Aún siento el escalofrío que me produjo leer el titular «A la ministra que separa la religión de la razón habría que tirarla por la ventana». Estoy perdido, completamente, pensé que la filosofía daba para algo más. ¿Acaso es ésta la nueva dialéctica? O quizá sencillamente las ménades se han hecho dueñas del cerebro del profesor. Tamos aviaos, que diría mi abuela, si un personaje como el profesor Bueno, aclamado filósofo y capaz de desarrollar la magistral teoría del Cierre Categorial que permite detectar el estado actual de cualquier ciencia, no tiene más salida para corregir una opinión contraria que la de tirar por la ventana, eso significa que queda poco por hablar.
Es difícil creer que alguien como el profesor Bueno diga algo a tontas y a locas, me niego a pensar que fue un desliz y sin embargo necesito pensar que no quiso decirlo, pero el caso es que lo hizo y sembrar esa idea en una sala llena de antiabortistas, es como darle una pistola cargada a un niño.
No hay excusa, sencillamente hay que reprobar todas esas frases y lo que subyace en ellas. La opinión es libre, lo hemos ganado y nadie, repito nadie, posee la Verdad Absoluta, y nunca debemos permitir el uso de la fuerza ni de la violencia para imponer nuestra opinión, no se debe permitir que se siga usando ese lenguaje violento que responde a una época que por suerte estamos dejando atrás.
De alguna manera pienso que el único cierre (más que categorial diremos categórico) que debería practicar el profesor bueno es de las ventanas ya que con esas ideas cualquier día podría ocurrir un accidente.
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