Asturiana, minera, dinamitera
A mí en Barcelona me llamaban «asturiana, minera, dinamitera» mis compañeros... «¡Y a mucha honra...!», les contestaba, precisamente en un hospital en el que agonizaban algunos enfermos de silicosis y neumoconiosis varias.
¿Ustedes han visto alguna vez la angustia de una persona a la que le va faltando el aire cada día más...? No hay prejubilación de 3.000 euros que la pague. Obviamente, no viene al caso exponer aquí las numerosas complicaciones clínicas que sufren los enfermos de silicosis y neumoconiosis, pero les puedo asegurar que son del todo indeseables para cualquiera.
Las minas de Tineo formaron parte esencial en su época del crecimiento económico de este concejo, que conozco bien por raíces y nacimiento... Algunos hombres de mi familia materna fueron mineros en Tineo, valientes y arriesgados picadores que arrancaban el carbón de las galerías a golpe de dinamita y pico. Acabaron enfermando muy jóvenes, con pulmones y tímpanos prácticamente fosilizados.
Admiro a los mineros. También admiro a los policías y guardias civiles cuyo deber es frenar a los violentos en sus indiscriminados ataques a la libertad de circulación de los demás, sean encapuchados de la minería o del Ku Klux Klan, me da igual. Los derechos de los mineros acaban en el punto exacto en el que un helicóptero estuvo a punto de estrellarse por un cohete-volador disparado desde un bazuca casero que le lanzó un encapuchado, que dudo mucho que fuera un verdadero minero... Los mineros siempre fueron a cara descubierta, como el varón joven de la manifestación de Madrid, esposado sin inmutarse por la Policía por causas inexplicables o inexistentes, seguramente por confusión, sin mediar violencia por ninguna de las dos partes según puede verse en la red.
Los propios sindicatos se desvinculan del ataque al tren esta semana que provocó varios heridos, uno de ellos de pronóstico muy grave. Y de los ataques a pedradas a varios autobuses escolares, Mare de Deu, qué salvajada... ¿Es que los mineros no luchan también por la educación de sus hijos...? Los demás, la sociedad «no minera», también tenemos hijos a los que proteger y educar, y ojos que ven los desmanes incontrolados de unos pocos que se aprovechan de estas huelgas y manifestaciones para emplearse a fondo agitando y distorsionando el conflicto real de la minería en Asturias.
Y todo sin comentar, por mi profunda ignorancia en el tema, adónde habrán ido a parar los millones de los fondos mineros europeos... ¿No hay bases jurídicas suficientes para investigarlo...? Ahí puede estar una parte de la solución.
Lo que sí es cierto es que los mineros constituyen el único colectivo en Asturias que a día de hoy lucha con uñas y dientes por sus derechos, aunque el fin no justifique los medios en ocasiones. ¿Los demás...? Los demás colectivos tenemos lo que nos merecemos, ni más ni menos. Yo no he escuchado aún la palabra «huelga» en sanidad, por ejemplo.
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