No hablé por el móvil
El día 30 de octubre de 2008 me sancionan con multa de 150 euros y retirada de tres puntos por conducir utilizando el teléfono móvil, mediante expediente 0001/
2008894746.
Dicha sanción me es comunicada en diciembre del mismo año 2008, y recurrida pocos días después, por cuanto que mi vehículo dispone de manos libres y sería muy estúpido, por mi parte, el utilizar el móvil manualmente teniendo instalado este dispositivo desde la compra del vehículo.
Por supuesto, me viene denegado el recurso el 22 de enero de 2009 indicando que no aporto pruebas en mis alegaciones. Mi pregunta es: ¿qué pruebas quieren que aporte, salvo enviar el vehículo para que vean lo que manifiesto?, cosa que no me solicitan. ¿Qué pruebas presenta el agente denunciador?, ya sé que ante la palabra del agente y la propia, prevalece la de la autoridad, pero en este caso cualquiera puede equivocarse.
Esta decisión es recurrida el 12 de marzo de 2009 y era firme si pasados 30 días no recibía contestación alguna, aplicando el silencio administrativo.
Ante esta situación me presento en las dependencias del Ayuntamiento de Oviedo el 9-04-09 y no saben si el recurso está denegado por silencio administrativo o pendiente de evaluación, con lo cual bien abono su importe el 8-04-2009, sin deducciones, bien me expogo a que se me aplique el 20% de apremio por no abonarla en tiempo. Caso de ser favorable la resolución, me informan, tendría que reclamar el importe que hoy hago efectivo. Lo razonable sería comunicar la resolución y no aplicar el silencio administrativo, el cual considero injusto por existir una incertidumbre en la situación del recurso.
Para conocimiento de los conductores sobre posibles denuncias por casos similares, les aconsejo que si le pica la cara, una oreja o la nariz, cuidado no se rasquen, que si la autoridad les ve puede denunciarles por conducir hablando por el móvil, al igual que en el caso expuesto, que considero un atropello y abuso de autoridad.
Es triste que no tengamos más defensas que nuestra palabra no creíble y en lo sucesivo procuraré no apartar el pelo o rascarme la nariz por miedo a ser sancionado por utilizar el móvil.
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