El Sporting, ¿club señor?
He dejado pasar un tiempo para no escribir en caliente. Me refiero a la interferencia nuevamente del Sporting tocando a jugadores del primer equipo y otros pertenecientes a las divisiones inferiores del Real Oviedo, como ya hicieron cuando el descenso administrativo del club azul con Míchel y Omar.
Existe un pacto entre los dos equipos, de no agresión, que desde 2003 el equipo «grandón» se pasa por el forro de sus caprichos; es más, para poder hacerse con los servicios de estos jugadores meten «mi...» contra el Real Oviedo. A todo esto añado que nadie de los que escriben en LA NUEVA ESPAÑA desde Gijón ha comentado nada, aun cuando el mismo Pelayo lo reconoce y el propio Lozano, secretario técnico del Sporting, también. Todo esto sale a la luz por las manifestaciones de Fermín, responsable del Requexón, y que lo denunció en este diario.
Para terminar, solamente digo que para ser un equipo señor, además de serlo, que no es el caso, debe parecerlo y, piensen, deportivamente hablando, que solamente puede meter «mi...» quien la tiene.
Piensen que nunca llovió que no parase. A buen entendedor sobran las palabras. Por cierto, Sr. Vega-Arango, si usted manda en el Sporting, ¡ponga orden!
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