Marchas mineras

29 de Junio del 2012 - José María Gómez Claro (Gijón)

Han comenzado las marchas mineras hacia Madrid y me emociono por el esfuerzo ejemplar que supone para los compañeros y compañeras hacer el recorrido a pie en los tiempos de las grandes comunicaciones e infraestructuras, denunciando la intransigencia del Gobierno del PP que pretende acabar de inmediato con la única forma de vida digna de algunas comarcas.

Porque lo que está detrás de las protestas mineras no es si es más rentable el carbón de importación o si las emisiones de CO2 de este mineral contaminan más que otras energías. Aquí lo que hay es una situación de crisis industrial que está dinamitando puestos de trabajo sin ninguna alternativa de empleo a corto/medio plazo y las Cuencas son otras víctimas más de este descalabro económico que está llevando al país a cotas de pobreza y exclusión social como no se conocía en décadas.

Sabíamos que la minería tenía una fecha de caducidad impuesta por la UE, ¿pero cuál es el interés de adelantarlo sin alternativa de empleo, con cinco millones de parados?

Cuando sectores como la construcción se han hundido con miles de puestos que no se van a recuperar, la industria naval está herida de muerte, el acero tiene incierto futuro en nuestra región y otras empresas transformadoras amenazan con su deslocalización, ¿tenemos que sentarnos a ver nuestros cadáveres pasar por delante del Inem?

Por ello tenemos que valorar y apoyar el coraje y la valentía de estos compañeros que son la vanguardia del movimiento obrero en defensa de la dignidad de clase y la supervivencia de los pueblos, por encima de la cuenta de resultados y la prima de riesgo.

Aquellos que pretenden desprestigiarlos por los cortes de carretera, los encierros o las prejubilaciones no están de nuestro lado, son enemigos de la clase trabajadora.

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