El Ministro y sus palmeros
Ante las declaraciones realistas del gobernador del Banco de España, por las que alerta de los peligros que acechan a nuestro país, opinando a la vez que este año la Seguridad Social puede verse inmersa en números rojos, el ministro de Trabajo se irrita y dice: «Espero que ésta sea la última vez que tenga que enfrentarme con Fernández Ordóñez». ¡Esto es lo que nos faltaba!, un ministro cuyos méritos, hasta ahora, han sido carecer de soluciones para frenar el paro y le dice al Banco de España que se calle. ¿Que se calle por decir la verdad?
Pero el colmo es que a su lado aparezcan «dos palmeros»: Cándido Méndez, secretario general de la UGT, e Ignacio F. Toxo, de Comisiones Obreras. ¡Qué diferencia de aquellas Comisiones que se fundaron en Mina La Camocha! Pero estos dos personajes son los que representan a los dos principales sindicatos de España. Ver para creer.
Estamos llegando a tales extremos que ni los ministros ni los sindicatos son lo que deben ser.
Un ministro de Trabajo ha de preocuparse por la situación laboral de los españoles, al igual que los que dicen representar a los sindicatos «obreros». Aunque estamos viendo que éstos están bien «alimentados» por el Gobierno y, por lo tanto, interesa más hacer de palmero a quien les alimenta que preocuparse por la situación de varios millones de trabajadores.
Es vergonzoso que la UGT, por mucho que esté ligada al PSOE, siga comiendo del pesebre de este partido. En cuanto a Comisiones Obreras, el actual secretario general se está retratando de forma vergonzosa, porque desde su toma de posesión sólo ha servido para eso, retratarse.
¿Esto son sindicatos? No, son palmeros de Zapatero y de su ministro de Trabajo.
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