La sidra, toda una referencia regional
La sidra, esa bebida mágica y sabrosa por antonomasia, va tomando el camino de la calidad, la buena factura, la esencia, la nobleza y la garantía en origen. Cada vez hay más sentido empresarial y comercial y esa realidad conlleva que el consumidor disfrute de unos excelsos tragos de ese líquido ambarino y entero. Las manzanas, frutos bíblicos por excelencia, tienen en las pomaradas asturianas su manera de ser, su estilo, su forma, su color, su textura, y su apreciado sabor. Y en la Denominación de Origen está la notable selección manzanera y por ende ese universo cargado de verdad, aromas, frescura y fuerza natural. Las sidras probadas en el Tercer Salón de la Sidra DOP, celebrado recientemente en Gijón, resultaron a todas luces un camino directo hacia la excelencia. La sidra de escanciado y la de nueva expresión, esa que gusta tanto a los turistas que se acercan por la región, alcanzaron notas de altura. Amén de buenos derivados de la manzana o de la sidra como aguardientes o cavas.
Subtítulo: La necesidad de fortalecer una industria limitada por la comercialización
Destacado: Calidad y nuevas sensaciones en un sector que va con todas sus fuerzas hacia la verdadera excelencia, y esa excelencia se adorna en el turismo de nuevo cuño, ese sujeto al paisaje y a la gastronomía
Asturias y especialmente este sector manzanero van poco a poco avanzando y forjando un variado tejido industrial de nivel que significa ser los más aptos y mejores en este campo agroalimentario nacional. Vamos a la cabeza en producción y calidad sidrera, algo es algo, y ahí hay que seguir trabajando para fortalecer una industria limitada en cuanto a comercialización, pero que supone la realidad laboral de muchas familias.
La sidra en sus diferentes concepciones está de moda, dentro y fuera del Principado, y su presencia en las diferentes sidrerías atrae a un público cada vez más animado y volcado con esa bebida limpia, diurética, atrevida y sabrosa. Los empresarios del ramo estaban satisfechos con la nueva cosecha y las sidras expuestas en ese escaparate variado, divertido y bien organizado. Sidra, quesos, jamón, escanciado, parlamentos, debates, charlas, pruebas, paseos, catas profesionales, ambiente… todo ello envuelto por el placer directo de saborear un atrayente néctar bien equilibrado para satisfacción de los muchos asistentes que participaron en ese Salón de la sidra y derivados.
Eloy Cortina, el presidente del Consejo Regulador de la Sidra, estaba emocionado y feliz, lo mismo que la gerente, Reyes Ceñal. En paralelo, el bueno de Herminio, Fran Ordóñez y hermanas, los amigos de Tareco, Fran Martínez y hermano, los de Urriellu, Poma Aurea, Valle, Ballina y Fernández, El Santu y demás productores presentes se les notaba exultantes por la calidad desarrollada en el lagar esta temporada y por el género que estaban ofreciendo al respetable. La sidra sale bien, alimenta, no da ardor estomacal y se bebe con ganas… Y después la micción obligada, lo que refleja el carácter y proceso de elaboración de una buena sidra. Ceferino Cimadevilla, presidente de los sumilleres asturianos, y Carlos Iglesias, el filósofo de los gastrólogos regionales, señalaron la bondad de las diferentes sidras y se quedaron con la calidad insuperable de los aguardientes de manzana y de sidra de la Casería San Juan del Obispo, al igual que la nueva sidra de Emilio Martínez, la rica y naveta Prau Monga; la Zythos y Villacubera, enormes y herbáceas; la Poma Aurea, extensa; Valle, Ballina y Fernández, la calidad de siempre; El Santu, la sencillez y el sabor; Tareco, esencia manzanera; Sopeña, equilibrio sápido; Valdornón, nobleza; Escalada, textura… Todas las sidras han llegado a unos niveles de trabajo y proceso manufacturero verdaderos… Ceferino Montañés, la persona que más y mejor disfruta la sidra del mundo, que no pudo asistir a esta cita sidrera, me preguntó por las diferentes empresas y sus productos.
La respuesta estaba clara. Calidad y nuevas sensaciones en un sector que va con todas sus fuerzas hacia la verdadera excelencia, y esa excelencia se adorna en el turismo de nuevo cuño, ese sujeto al paisaje y a la gastronomía.
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