Pequeño escandalo en el Filarmonica
Recientemente asistí al Teatro Filarmónica con mi sobrino de siete años para ver la primera película del ciclo de cine dedicado a Charles Dickens. Los dos teníamos ganas de ver el Oliver Twist de David Lean aprovechando los pases gratuitos de esto ciclos.
Previo al inicio de la película sale al estrado un señor y comienza su presentación del ciclo congratulándose porque ya no están en el gobierno de Asturias los que estaban. Nos contó con alusiones e ironías no se que problemas personales tenía con ellos y ponía sus esperanzas, no muchas, en los que gobernaban ahora.
Su discurso, no muy bien hilvanado, empezó a provocar cierto desconcierto pues parecía fuera de lugar y sin conexión con el cine ni con Oliver Twist. Dieron comienzo algunas voces entre el público pidiendo que se dejara de políticas y fuera al grano. Su respuesta fue que los nazis comenzaban a boicotear su intervención. Gente que no le gusta oír otras opiniones salvo las que oyen en la Iglesia.
La intervención prosiguió comparando la sociedad que refleja Dickens con los que han hundido nuestra economía y otras reflexiones políticas.
El desconcierto fue a más y mientras unos gritaban que terminara el mitin otros aplaudían al presentador que aseguraba que nadie le haría callar.
El espectáculo fue bastante lamentable. Menos mal que la película mereció el mal trago.
Al señor que salió al estrado le ampara la libertad de expresión y todo eso, pero es desagradable asistir al cine pensando desconectar un poco de la realidad y encontrarte con más de lo mismo. Es de muy mal gusto también felicitarse de que haya ganado un partido político ante un auditorio que no tiene porque compartir tus ideas y que han acudido para otra cuestión.
Por mi parte volveré porque las pelis siguientes también prometen. Espero que el presentador se haya despachado a gusto y no repita su mitin.
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