Ultrajes a España
Vienen ocurriendo, con lamentable y vergonzosa frecuencia, en esas comunidades nacionalistas –digamos más bien separatistas– en las que no sólo no se respetan la bandera y el himno nacional, sino que se insultan, desprecian y hasta se prohíben. ¿Y qué han hecho los gobiernos hasta ahora? Pues mirar para otro lado, en vez de aplicar la ley y cuanto al respecto preceptúa la Constitución. Que socialistas antes y populares después, inexplicablemente, no han hecho cumplir a ese nacionalismo periférico, sedicioso y montaraz, de una manera indigna y vergonzosa.
De vergüenza ha sido, sí, el ver recientemente, en una cadena de televisión, la bandera nacional que ondea, no sé si en el edificio del gobierno de Pamplona, o en el del Ayuntamiento, hecha jirones, rasgada, destrozada por completo. Es tal su estado, que cabe pensar que todos sus desgarros no son obra del viento, de las inclemencias del tiempo, sino de una navaja o tijera. Sí, no cabe pensar otra cosa, viendo, antes, al alopécico Odón Elorza –más separatista que socialista– y ahora a los «amables» chicos de Bildu cortando el bacalao político en Donosti, antes una gran región muy española. Pena da ver esa desgarrada bandera en Pamplona, cuyo Gobierno se cisca así en el central, al que Rajoy, en vez de bien, está llevando bastante mal. Con lo que vamos a comentar seguidamente, se va a demostrar.
Congreso de los Diputados. El Gobierno de Rajoy presenta un proyecto de ley que sanciona a todo aquel que, en actos públicos, abucheara o insultara la bandera o cuando se tocara el himno nacional, como viene ocurriendo en ciertas competiciones futboleras. ¡Y vaya la que se armó! En el «hemicirco» ése, en el que abunda el radicalismo ideológico, se rechazó de plano de ley de marras. El remate a tanta vergüenza e indignidad lo protagonizó un diputado catalán, desde la tribuna, al sacar y mostrar la bandera de su causa apátrida y sediciosa. ¿Reacción de sus excelencias y señorías? Un cobarde y vergonzoso silencio. Que fue mucho mayor en Rajoy y su Gobierno al retirar la polémica ley, que pudieron haber aprobado al ser mayoría el PP, como está haciendo con todos esos disparatados e impopulares recortes.
Conclusión. Rajoy y su Gobierno han completado el ultraje a España. Y todo para no enfadar a ese nacionalismo montaraz y sectario, con el que mantiene un oscuro y vergonzoso compadreo. La política, ejercida, así, es un verdadero asco.
«Ad náuseam».
Ricardo Luis Arias
Aller
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