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Compañeros mineros

11 de Julio del 2012 - Pablo Díaz Parrado (Gijón)

He vivido durante 18 años la oscuridad de las galerías y la negritud de las desgracias mineras. Quien ha sufrido las penurias de tener que respirar aire viciado durante 7/8 horas diarias entre barro de tierra y polvo de carbón, llegando en ocasiones a sentir que su cuerpo no puede más, y quien ha sufrido y llorado la pérdida de muchos amigos/compañeros que han quedado por el camino (14 de un golpe), necesita dar explicaciones a esas gentes que protestan por la pérdida de unos minutos en un corte de carretera. Nadie disfruta haciendo algo que pueda perjudicar a los demás si no es para defender sus derechos. Quisiera saber por qué estos políticos de medio pelo, que no saben ni de dónde sale su comida diaria, se atreven a jugar con el futuro de otros y a poner ante la opinión pública la duda de la lucha de los mineros en defensa de su trabajo y desde los tiempos de la dictadura, la lucha por la libertad.

Estos políticos, generalmente del PP, se atreven a decir que un minero cobra mucho dinero y que se jubila pronto, pero no dicen dónde tiene que meterse todos los días a ganar el pan y en las condiciones en que lo hace, ni dicen que un trabajador de la mina llega escasamente a tener una vida con salud de 55 años ni que un 60 por ciento de los mineros sufren problemas de visión, roturas de huesos y problemas respiratorios y fallecen antes de los 73 años. No pueden decirlo porque no lo saben ni les importa. Lo único que les interesa es que nadie se revuelva exigiendo sus derechos, ni que comenten que ellos con ir a fichar a su trabajo (si se puede llamar así), durante ocho años, ya tienen la paga asegurada para toda la vida, además de las prebendas del cargo, que en su mayoría son empresas fantasmas, barrigas agradecidas o planes de jubilación ¡Ah! Quien crea que todos los mineros que se prejubilan (a los 40 años, como dicen) lo hacen con medio millón al mes aún cree en los Reyes Magos. Lo que es necesario en estos momentos es comprender que ante el inmenso atropello de los que se autollaman representantes del pueblo hay que tener una respuesta inmediata y valorar la fuerza moral que da la honradez (que ellos no tienen) de la persona que trabaja, y luchar para no perder nunca los valores de solidaridad y compañerismo que siempre tuvieron los hombres de la mina, que como decía la canción... tienen negros los pulmones, pero limpio el corazón. Adelante, compañeros, siempre estaremos de pie y nunca de rodillas. Tú puedes ser el próximo despedido, piénsalo y apóyales en sus reivindicaciones que pronto serán las tuyas.

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