Defendemos nuestros derechos
Vivimos días de dificultades, el panorama laboral asturiano no nos invita al optimismo. El conflicto de la minería me hace volver la vista atrás y tengo que hacer varias reflexiones en voz alta que quiero compartir con los lectores de La Nueva España.
Leo con sorpresa e indignación unas declaraciones vertidas por el presidente de Cesintra, Enrique Riaño, que le reclama al delegado del Gobierno de Asturias, Gabino de Lorenzo, «más mano dura con las barricadas».
Asturias, en general, siempre se ha significado por defender con ahínco sus derechos, y de forma particular el colectivo de la minería, santo y seña de los asturianos en lo que a reivindicaciones laborales se refiere, y hoy puedo decir sin temor a equivocarme que gracias a la lucha de este colectivo en Asturias se avanzó y mucho en los derechos de los trabajadores.
Hoy hablamos de defender lo pactado y acordado años atrás, los mineros queremos que se respete precisamente eso, lo pactado, queremos defender nuestros derechos, no defendemos ningún privilegio como algunos intentan vender con intenciones que desconozco.
Ponemos el grito en el cielo, y pedimos mano dura porque se cortan carreteras durante un par de horas. Es necesario refrescar la memoria de algunos y retroceder unos años en el tiempo. En septiembre del 79, si mal no recuerdo, se paró un convoy de camiones después de una huelga del transporte que ya duraba 62 días, los productos básicos y de primera necesidad empezaban a escasear.
La mano dura que ahora pide el señor Riaño la aplicaron cuando un guardia civil disparaba y asesinaba a Valeriano Martínez, compañero y amigo en Cesintra del señor Riaño. Tengo que refrescarle la memoria al presidente de Cesintra, pues me da la sensación de que andamos un poco justos de la misma. ¿Recuerda el día que se pincharon las ruedas de alrededor de 2.000 camiones en Irún?, ¿cómo es posible que el escenario cambie tanto cuando se mira desde la cabina del camión o cuando se hace desde un despacho?
Pongamos un poco de cordura y de sentido común, ¿acaso es necesario que ocurra una desgracia para pedir mano dura?
Somos mineros, defendemos nuestros derechos y pedimos que se nos trate como lo que somos, pero alguien está empeñado en desviar la atención con el ánimo de confundir a la opinión pública, y parece que todo vale, hasta incluso la mano dura.
Flaco favor hace este señor con esas manifestaciones a los mineros y a los trabajadores de Asturias, pero, sobre todo, flaco favor se hace a sí mismo, traicionando la memoria de todos aquellos que durante tantos años luchamos y peleamos, siempre desde el respeto, por mejorar las condiciones laborales de los asturianos.
Vaya desde aquí todo mi respeto, admiración y apoyo para el colectivo de la minería. Mucho ánimo.
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