Cascos y su cara estampa
Según la tradición, una vez que los ministros cesan en sus funciones, encargan un cuadro a un pintor de su gusto para que sea exhibido en los salones del Congreso de los Diputados o en el Ministerio correspondiente. En el caso que nos ocupa, Francisco Álvarez-Cascos Fernández no reparó en gastos al elegir a Antonio López, uno de los artistas contemporáneos más cotizados. Según declaración del Gobierno, aún no se ha hecho ninguna entrega de los 190.000 euros que se piden por el retrato.
Pero la polémica que ha suscitado esta pintura no es ninguna novedad, pues el ex presidente del Congreso José Bono, en su día, encargó un lienzo al pintor Bernardo Torrens, cuya factura ascendió a 82.000 euros, un dispendio también muy criticado, puesto que la fotografía de su antecesor Manuel Marín, que ha sido por decisión propia, fue cifrada en 24.700 euros. Fijémonos en la diferencia.
Ya que Magdalena Álvarez, la sucesora de Álvarez-Cascos en el Ministerio de Fomento, parece no haber querido saber nada del tema (no se podían ver ni en pintura, nunca mejor dicho), ha sido el siguiente sucesor en el Ministerio, José Blanco, quien invitó a Paco Cascos a que eligiera artista. Y éste eligió, miren ustedes qué casualidad, a uno de la lista de María Porto, su actual esposa. No se sabe si el más caro, pero sí de los más.
Por otra parte, es de reseñar que no es el único cuadro de Cascos que se va a colgar en alguna de las instituciones, pues otro retrato suyo se exhibe en la sede de Presidencia, cartera que asumió entre 1996 y 2000 y que compaginó con la Vicepresidencia Primera del Gobierno. En este caso la pintura ha sido descubierta por el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, que también acaparó los cargos de vicepresidente y ministro de Presidencia.
Hechos de este tipo denotan la mentalidad de algunos de nuestros políticos, que están embebidos en la megalómana apreciación que tienen de sí mismos merecedores de estos encomios por parte de sus vecinos de abajo, los simples ciudadanos de a pie.
Seguramente seremos muchos los que reaccionemos de idéntica forma ante esta noticia, ya que: ¿qué se podría hacer con ese dinero? Podríamos pensar en que varias familias no perderían su piso, que se evitarían unos cuantos despidos de personas muy necesitadas y, además...
Me viene a la cabeza de hace unas pocas semanas el «Proyecto Paula», por lo cual la madre de una niña diabética consiguió con mucho esfuerzo recaudar 7.800 euros para que el Centro de Investigaciones «Príncipe Felipe» de Valencia volviera a contratar a una investigadora que estaba trabajando sobre la enfermedad que padece su hija, y tantos otros españoles.
Por lo demás, llevan un tiempo hablándonos de cambios estructurales, que lo que valía ya no vale, que nuestras vidas cambian irremediablemente para peor, etcétera. Pues bien, que cambien ellos también, que si era costumbre colgar un costoso cuadro en el Ministerio correspondiente o en el Congreso, pues que ahora sea suficiente colgar una digna y apropiada fotografía.
Creemos por tanto que el señor Álvarez-Cascos debería reflexionar sobre este superfluo gasto, porque además de la delicada crisis que padecemos aún estamos a tiempo de darle solución.
De lo contrario, justo es decirlo, es mucha vergüenza ajena la que se siente en estos casos.
José Antonio Gutiérrez González, Piedras Blancas
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo