Bancarrota anunciada en Grado

Con su gestión al frente del Ayuntamiento de Grado el Partido Popular ha logrado encadenar un festín de despilfarro de dinero público sin precedentes, percibido por la ciudadanía como carente de rigor y exento de rentabilidad futura, tal como muestran los informes de fiscalización y los impagos a proveedores que viene arrastrando la economía del Ayuntamiento desde el comienzo de su mandato municipal en el año 2007.

El irresponsable proceder de la derecha local tiene la consecuencia trágica de provocar el derrumbe de la economía municipal. El desenfreno en el gasto corriente acompañado de la falta de inversión en obra nueva ha traído la merma de los servicios públicos y la pérdida de bienestar para los vecinos más necesitados económicamente. Cinco años es tiempo suficiente para despejar dudas sobre la inutilidad que exhibe esta fuerza política en la gestión de los bienes comunes del Ayuntamiento moscón. El resultado va más allá de la incapacidad, conocida y demostrada, de Rey o Patallo; la incapacidad para gobernar abarca también al propio PP como organización política en el concejo.

La compra de votos por obras del Ayuntamiento subvencionadas con el dinero de la venta del patrimonio municipal ha sido el único criterio de las políticas gestionadas por el tándem Rey-Patallo, llevando al municipio de Grado a un proceso imparable de empobrecimiento del sector público, asegurando su derrumbe en tan sólo cinco años de mayoría de gobierno. La política económica iniciada con el ascenso del Partido Popular a la Alcaldía y su socio Aigras ha supuesto para el municipio moscón el mayor retroceso económico y social desde el final de la Guerra Civil. Su fracaso político es el fracaso de la derecha local en su conjunto, incluyéndolo dentro de otros desastres, no sólo políticos, de la derecha moscona de siempre.

La consecuencia más inmediata que trae este tipo de política es el hecho insólito del empobrecimiento y empequeñecimiento del Ayuntamiento respecto a su anterior situación, la que heredan en el año 2007. No contentos con quebrar la economía, la emprendieron también con el patrimonio municipal y los servicios públicos, baluartes democráticos y sostén de bienestar social de un concejo que supo administrar y combinar, durante casi tres décadas, los recursos propios y ajenos en el juego siempre fructífero de la política y la democracia.

La Sindicatura de Cuentas ha hecho entrega a la Junta del Principado de un informe sobre el ejercicio económico de algunos ayuntamientos asturianos correspondiente al ejercicio económico 2008. Dicho presupuesto corresponde al primero elaborado y aprobado por el Gobierno de Antonio Rey, y en él se detectan irregularidades dignas de mención denunciadas por dicho organismo de control:

En el ejercicio económico del año 2008, el presupuesto se aprobó fuera de plazo; igual sucedió con la rendición de cuentas y la cuenta general; a la vez, el Ayuntamiento no contó con un plan de disposición de fondos de la Tesorería, cerrando el año 2007 con un remanente histórico negativo de 637.535 euros. El 31 de diciembre, al cierre del ejercicio 2008, figuran 2.734.366 euros de endeudamiento no financiero que corresponden a gastos efectuados con cargo a la venta del servicio de aguas, sin que por esa fecha se hubieran ingresado los cuatro millones de euros en las cuentas del Ayuntamiento.

Este despilfarro sucede en medio de un caos administrativo consciente, para así mejor orientar las contrataciones a sus amigos, sin expedientes de contratación de trabajadores para obras de interés general y social; sin justificar la publicidad de las convocatorias, ni las renuncias de candidatos no interesados; sin aportar contrato de ejecución de una obra de abastecimiento de agua por importe de 82.968 euros; sin cumplir con la obligación de remitir la relación anual de contratos del año 2008. Como expresa el documento de la Sindicatura de Cuentas esto ya sucedía hace cuatro años, cuando la situación económica del Ayuntamiento aún era boyante por la situación heredada, y los ingresos municipales entraban a caño lleno por las ventas de los servicios de aguas, de la finca La Cardosa, de solares en el barrio de La Estación, etcétera.

No satisfecho con tanto empobrecimiento económico y tanta ilegalidad, sin que hubiera una explicación del Alcalde en qué se han gastado más de 12 millones de euros extras, al señor Rey no se le ocurre ahora otra medicina que la del empequeñecimiento municipal, por el método que sean otros los que paguen el agravio al aplicar tijera a los servicios municipales, con tala incluida a lo matarrasa para los trabajadores y sus derechos. A nadie se le escapa que con el cerrojazo a la Oficina de Desarrollo Local comienza una serie larga de cierres de los servicios municipales y de pérdida de derechos ciudadanos, si antes los trabajadores del Ayuntamiento y los vecinos no saben poner freno a este nuevo desmadre. El mensaje fatídico que contiene el conocido verso de Bertolt Brecht planea sobre los derechos ciudadanos de todo un concejo.