Martínez Cachero - Parque del Oeste: un poco de mantenimiento
La zona ovetense de Martínez Cachero - Parque del Oeste requiere, con cierta urgencia, de algunas actuaciones por parte de los políticos locales, ya que se encuentra bastante abandonada tras las inversiones de hace ya varios años. Entre las necesidades básicas se encuentran, a mi juicio, dos: seguridad en el tráfico, y salud pública en el parque.
Comenzando por la seguridad y el tráfico, y confiando en que se resuelvan antes de que ocurra alguna desgracia, algunos vehículos aprovechan la gran longitud de la calle para poner a prueba sus motores, con el consiguiente peligro para los peatones. Además de acometer de una vez por todas una buena entrada desde la Argañosa para resolver el peligro de ese cruce sin señalización alguna, se necesitan por ejemplo más pasos de peatones, ahora muy escasos, y su señalización adecuada con semáforos, badenes, bandas acústicas o similares; recordar con señales los límites de velocidad en zona urbana, máxime con el parque; posibilidad de instalar radares fijos como en algunas zonas de Gijón; pintar las líneas de los carriles y aparcamientos, etc. Y una pequeña marquesina para la parada de bus escolar, cuya situación no permite resguardarse de las inclemencias del tiempo.
En cuanto a la salud pública, se necesita conciliar el uso canino y humano del Parque del Oeste, convertido como muchos otros parques de la ciudad en auténticos WC para canes (precisamente unos vecinos denunciaron estos hechos a través de un vídeo en la web de La Nueva España sin demasiado éxito). La ciudad más limpia de España parece que los parques no entraban en el estudio seguro que sabrá resolver este problema para que se pueda pasear por el parque sin pisar nada que no se tenga que pisar, ni tener que soportar hedores insoportables, especialmente tras la siega.
Y para terminar, ya que estamos en tiempos otoñales, me pregunto por qué no se podan los árboles de la zona baja del parque para evitar los efectos de cientos de hojas en el suelo: peligros de caídas, taponamiento de las alcantarillas, etc. Y muchas horas de trabajo de los operarios para recogerlas ya desde el mes de septiembre.
Como se puede observar, las medidas no son costosas. Las millonarias farolas que inundan Vetusta quedan para tiempos mejores, después de la famosa crisis. Simplemente hace falta un poco de voluntad política para el correcto mantenimiento de la zona, muy habitada y transitada por niños y mayores, en torno al envidiable Parque del Oeste.
Francisco J. Delgado Rivero (Oviedo)
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