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A mamá Carlota Pidal

28 de Julio del 2012 - Fried Emery d'Almeida (Pola de Siero)

En la cultura del África negra utilizamos el término «mamá» no sólo para referirnos a nuestra madre, sino también para dirigirnos a aquellas mujeres de mayor edad que tienen una mayor consideración sólo por el hecho de tener más edad, sino también por el hecho de ser el motor de la unidad familiar.

Por eso hoy es un día triste, lo digo de verdad con la mano sobre mi corazón, puesto que si la bondad en Asturias hubiera tenido un seudónimo se llamaría Doña

Carlota Pidal. Nunca olvidaré la primera vez que tuve la suerte de toparme con ella; en aquel mediodía de verano con un tremendo calor, su hijo Pepe me llevaba en su coche a la casa familiar, estaba un poco nervioso y mi cuerpo temblaba por estar en un lugar desconocido e ir a conocer gente nueva.

Tomando mi mal con paciencia, decidí hacerle caso y a pasos de tortuga entré en la casa, estaba tan crispado que no sabía qué hacer ante todas las miradas blancas que me observaban y esperaban mi ¡Hola! A decir verdad nunca en mi vida había visto una mesa de comedor de tan grandes dimensiones a cuyo extremo se encontraba ella, la cual tras aplastar su cigarrillo sin filtro se levantó de su silla y me abrió sus brazos con una larga sonrisa. Ante esta sincera sonrisa, todos mis temblores desaparecieron y de inmediato la abracé y no dudé en llamarla «Mamá», fue ella misma quien me presentó a cada uno de los hijos e hijas que estaban presentes así como a una de sus nietas. Tras ofrecerme un vaso de agua, en pocos minutos me transmitió su amor por esta tierra asturiana, contándome sus virtudes, sus cosas bonitas, la buena gente, la buena comida...

No cabe duda de que su muerte ha sido un varapalo para todas las personas que la conocían, y un sentimiento de pena aflora en todas ellas. Mis pensamientos os alcanzan en este tiempo de luto.

Una madre es única y por lo tanto esa pérdida es una tragedia; es un consuelo, un refugio y un recurso que se va. En África se suele decir con razón o sin ella que cuando muere una persona de avanzada edad es toda una biblioteca de sabiduría que se quema; sin embargo, al superar los 80 años se dice de su deceso que se debe celebrar con alegría pues no todo el mundo llega.

Presento a toda su familia mis más sinceras condolencias y espero que doña Carlota Pidal, allí donde esté, nos siga observando con esa bondad que transmitía. «EDABO MAMÁ CARLOTA PIDAL» (significa Adiós, doña Carlota Pidal).

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