La asamblea de IU

La Asamblea de IU, celebrada los días 29 y 30 de junio, constituyó, en mi opinión, un hito importante para el devenir de la organización en Asturias, no sólo por los hechos y circunstancias que la precedieron sino, también, la serie de factores intervinientes en sus deliberaciones. La concurrencia de tres candidaturas, dos de ellas aglutinadoras de la sensibilidad propia de la anterior dirección, si bien con matices y otra nacida, fundamentalmente, de sectores críticos con la dirección anterior. En la definitiva, ésta contó con el apoyo de una de las dos candidaturas «oficia listas».

No es esta la oportunidad de entrar en el análisis de cada una de ellas, ni de las razones que las impulsaron, bástenos señalar que en la candidatura vencedora apenas estaban representados aquellos que, de una u otra forma, por más tiempo del debido dirigieron IU de Asturias. En ellas tampoco estaba ninguno de los diputados regionales ni el nacional.

IU no es una organización simple, es compleja, donde cohabitan distintas sensibilidades de la Izquierda progresista y transformadora; en su seno, el debate, la crítica, en suma, la más abierta democracia interna posible, tienen su cabida y su plena vigencia. De ahí que sea proclive a la aparición de distintas corrientes e, incluso, de «clanes políticos».

En mi opinión, el equipo que se forme en torno al nuevo coordinador general, tiene ante sí una ardua tarea, con distintas caras: políticas, organizativas, interinstucionales, etcétera, todas ellas en un contexto nacional y regional de aguda crisis económica y social, en la que IU tiene que enarbola, en primera línea, la bandera de la rebelión, la bandera de la lucha, la bandera de la solidaridad, la bandera de la transformación, partiendo de una premisa ineludible: la recomposición, cuando menos, de una cierta unidad de objetivos, unidad ciertamente tocada por las circunstancias a las que se vio sometida la asamblea.

No voy a ser yo, aquí y ahora, quien pontifique sobre aspectos políticos e, incluso, ideológicos, propios de su discusión y análisis en el seno de los órganos de IU. Sin embargo, como miembro de IU que con su voto contribuyó a que resultara ganador el actual coordinador general, me voy a permitir considerar tres aspectos que, en mi opinión, deben estar en la agenda del nuevo equipo directivo de IU. Pienso que ellos pueden estar en la mente de algunos militantes como fundamentales, por lo menos los están en la mía. Ellos son, para encuadrarlos un tanto genéricamente, los siguientes: territorialidad, relaciones con el PSOE y voluntad de solucionar el conflicto IU-PCA. Voy a permitirme unas someras consideraciones sobre cada uno de ellos.

Por razones históricas, fundamentalmente, aunque por otras, también, IU tiene su fuerza concentrada en la zona central de Asturias. En ella está el grueso de su militancia y de su caudal electoral y de ella han salido, principalmente, sus cuadros directivos hasta ahora. Las alas, la zona occidental y la zona oriental (ésta en gran medida) han desempeñado un papel de meras acompañantes, un cierto papel de comparsa político electoral, pues carentes de militancia y cuadros suficientes, su representación municipal y, menos, ante la Junta, sea escasa o nula. Tal situación, pienso yo, tiene una doble interpretación: por un lado, esta escasa militancia y poca representatividad; por otro, la insuficiente atención y dedicación que las últimas direcciones han prestado a las mismas. Este binomio infernal es necesario romperlo, superarlo. Espero que tanto por parte de los responsables de las dos zonas como de la nueva dirección, se analicen sus causas, se propongan soluciones y, lo que es más importan, se palpe, se sienta una voluntad de que tanto Occidente como Oriente, sean parte importante del proyecto de cambio que es IU.

La dirección saliente, por mandato de las bases de IU, se vio obligada, después de los últimos resultados electorales, a someterse al resultado de un referéndum que se opuso a la participación de IU en un gobierno de coalición con el PSOE. Con ello se puso de manifiesto que IU no es la otra cara del PSOE, su muletilla o el hermano menor, bueno para salvar la cara izquierdista de los socialistas. IU no es, no debe ser, un movimiento socialdemócrata, de serlo sería innecesaria y es necesaria porque aglutina a un sector importante de la izquierda que quiere cambiar la sociedad, transformarla revolucionaria mente. El PSOE no es el enemigo fundamental, menos lo son sus militantes, pero son malos compañeros de gobierno, no son, a menudo, amigos ni suficientemente leales, mas, a pesar de ello, podemos andar parte del camino juntos en tanto permanezcan fieles a las políticas de izquierda que nos puedan ser comunes.

Por último, el conflicto IU-PCA. Ciertamente, en IU no toda la militancia es comunista, pero sí lo es, o se siente así, gran parte de la misma, por eso una IU en la que el PC no constituya parte esencial de ella es difícil de concebir, yo no la concibo. Somos muchos los que a fuer de comunistas militamos en IU, pero somos muchos los que sin tener participación alguna en las rencillas y planteamientos que dieron lugar al conflicto, permanecemos en una especie de limbo: no fuimos expulsados, pero, sin saber bien por qué, dejamos de cotizar al PCA, por lo que no estamos orgánicamente dentro del mismo. Otra es la situación de quienes fueron parte o protagonistas de los acontecimientos. Entre ellos habrá algunos que les importe poco ser o no miembro del PC, acaso habrán elegido otro camino. Ahora bien, aquellos de nosotros que, sin razones fundadas, nos vemos apartados de una militancia a la que hemos dedicado gran parte de nuestras vidas y, también aquellos, de uno y otro lado, que aun siendo protagonistas del conflicto, les importe o sientan que el PC forma parte de su proyecto ideológico y vital, esperan –esperamos– que esta nueva dirección agote, lo intente cuando menos, los esfuerzos para solucionar el problemas o los problema existentes, de suerte tal que el PCA vuelva a ser dentro de IU de Asturias, su alma, el bagaje ideológico que le da fuerza para construir un mundo mejor.