¡Viva Santa María Grau!
El pasado mes de junio un jurado del Ayuntamiento de Grado proclamó por unanimidad a Santa María de Grado «Pueblo ejemplar del año», en competición abierta con otras candidaturas del concejo.
Los cohetes que esperaban para la fiesta de San Antonio adelantaron su vuelo y reventaron las nubes con su estruendo. La gente se arremolinó en torno a su líder Josefina y gritó entusiasmada: ¡Viva Santa María Grau!
El día de la fiesta subí a la terraza de El Montán, y desde allí contemplé la enorme carpa amarilla dibujándose como una gigantesca serpiente sobre el verde de los prados de El Albartín. Bajo ella, y en torno a ella, cientos de personas silenciosas asistían a una «misa de campaña». Un hijo de María Rosa tocó el «chelo», y un nieto de «Rosa Faustino», el violín. Tras la misa se entregó un pergamino y escudo del concejo a «Carmina La Orden», como persona mayor de la parroquia. Entonces atacó el «gaiteru» y redobló el «tamborileru», llevando a San Antonio de nuevo en procesión hasta su peana en la iglesia.
A Santa María le dieron el premio porque su creatividad le hizo singular, porque fue capaz de poner en marcha una activa organización con múltiples actividades y proyectos comunitarios, porque supo captar y aglutinar a sus gentes, porque integró el pasado y el presente, porque proyectó un futuro esperanzador por la entidad y viabilidad de su proyecto estrella: la construcción de un gran centro social.
Pero nada hubiera sido posible sin la junta directiva de la nueva asociación vecinal «El Güeyu». Cuando en una comunidad aparece una minoría con ideas y ganas de hacer cosas todos aceptan su gestión y buen hacer.
Justo es recordar aquí a Josefina Pérez Quintana, esa «buena moza» llegada desde Tuña a Santa María hace apenas media docena de años, hoy presidenta de la asociación «El Güeyu», trabajadora incansable, creativa y discreta, alma de cuanto se «mueve» en el pueblo.
Santa María se ha convertido en una pequeña «república» de trabajo, de buenos gestores, de cabezas inteligentes y honestas, de organización racional y eficaz. «Nadie se lleva un duro». Ojalá la «patria grande» se viera reflejada en esta pequeña comunidad, y cuando en aquella todo parece tenebroso llevándonos al pesimismo y a los malos augurios, en Santa María triunfa el buen hacer, la honestidad y los proyectos para un mañana mejor.
¡Viva Santa María Grau!
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