En respuesta a Félix Mazón Cortina
Con relación a las opiniones publicadas en ese diario de fecha 9 de julio del actual, realizadas por don Félix Mazón Cortina, cuando hace referencia a la Fábrica de Tubos, quisiera manifestar lo siguiente:
1.- En cuanto a sus consideraciones sobre el sistema de trabajo basado en la participación, hay que decir que el mismo era totalmente inhumano, más propio de la época de los romanos, puesto que, en muchos casos, la prima de producción acababa perdiéndose el último día de mes a causa de la baja calidad del material y de la falta de tecnología adecuada (ésta llega en el año 1973, con otro director que humaniza el trabajo).
2.- En el mismo punto, se refiere a un funcionamiento estupendo, porque al trabajador le suponía mucho dinero que aquello anduviera. Lo cierto es que la gente que madrugaba los domingos o hacía horas extra se debía, exclusivamente, a la miseria de los salarios, que no daban para comer (era una de las empresas de la cuenca en donde menos se cobraba). Baste citar, como ejemplo, la huelga de 1971, cuyo único motivo era firmar un convenio que asegurara unos sueldos mínimamente dignos. Por cierto, el primer convenio firmado, de fecha 9 de julio de 1971, no entró en vigor hasta el 19 de julio, la idea fue del señor Mazón, naturalmente, pues de este modo se evitaba que la miseria de aumento conseguido repercutiera en la paga extraordinaria. Y así, hasta su marcha, los convenios continuaron entrando en vigor en dicha fecha.
3. ¿De qué se quejan?, pues de que ganábamos un sueldo miserable, con un trabajo, como he dicho antes, en unas condiciones que sólo comenzaron a cambiar con la llegada del nuevo director. Ah, y por cierto, ya está muy visto eso de desprestigiar a los representantes de los trabajadores diciendo que hacían sindicalismo político. En la época en la que este señor dirigió la Fábrica de Tubos los sindicalistas estaban en la cárcel y, a buen seguro, con unas condiciones de vida muy distintas a la suyas (le faltó, en la entrevista, decir cuál era su sueldo, nada despreciable, por cierto, en aquella época de hierro en la que comer a veces podía ser una aventura incierta).
Deseo que el señor Mazón goce de un buen retiro (lástima que no haya sido hace ya cuarenta años, pues nos hubiera ahorrado muchos disgustos).
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