¿Qué miran los Inspectores de geriátricos?
Cuando alguien acude a la gran mayoría de geriátricos residencias de ancianos, se encuentra con el vivo retrato de esta maldita sociedad que hemos creado entre todos, se palpa en el ambiente la falta de sensibilidad, dedicación y entrega por parte de cuidadores, pero lo realmente preocupante es la tristeza y el aburrimiento que reflejan los rostros y ojos de nuestros ancianos (si es que los pueden abrir de lagañas). El abandono es tal, en una gran parte de estas instituciones, que nos tendría que remorder la conciencia, el seguir lavándonos las manos en este tipo de situaciones.
Las autoridades competentes deben de inspeccionar más a fondo, las condiciones que en muchos geriátricos mantienen a los ancianos. ¿Es curioso? protestamos por todo, pero cientos de familiares no denuncian cuando observan en cada visita que sus abuelos están desentendidos: lagañas pegadas que no les dejan abrir los ojos, piel descamada, sin peinar, ropa, silla de ruedas y calzado con restos de comida de días pegados como rosetones adornando y denunciando la negligencia del cuidador, el que cambian muy de tarde en tarde la ropa de los ancianos para no lavar tanto, que no les pegan la dentadura antes de cada comida, como los aparcan por los pasillos por horas, tenerlos amarrados, con poco personal, y los pañales sucios durante mucho tiempo, etc.
El actual modelo de residencias en nuestro país no responde a las aspiraciones de nuestros mayores, ni posibilita un trabajo de mejora de la calidad de vida de los mismos. Las personas mayores y las familias acuden a las residencias cuando no queda más remedio pero son lugares no deseados. Por ello necesitamos perfeccionar este tipo de asilos, donde priman otras cosas, antes de atención personalizada, libertad y privacidad personal, etc. En otros países ya han debatido y cambiado el modelo que actualmente impera en nuestro territorio: Dinamarca, Suecia, Alemania, etc. son modelos a imitar.
El mal funcionamiento de estos centros pone en peligro a nuestros mayores, se debería de evitar que sea el ánimo de lucro el que diseñe las estrategias de empresas que se nutren con fondos públicos, pues deberían de tener como principal objetivo la asistencia de un servicio social, ya que unas por ser publicas, otras porque se subvencionan en parte, y el resto porque lo cobran bien debieran tener mejores prestaciones hacia el anciano, como limpieza, atención, rehabilitación física y mental, terapias ocupacionales, ejercicios, etc.
El abandono que sufren los ancianos es una problemática que se vive a diario, no se toman medidas para remediar esto, se debe educar a la sociedad para no aislar a nuestros mayores, para no arrinconarlos, que no se sientan una carga que pueda llevarlos a estados depresivos, rechazo y desequilibrios emocionales, que puedan incluso desear la muerte por sentirse un estorbo. Esta etapa de la vida es la más dura y triste de una persona, por ello debiera disfrutar y descansar con agrado hasta el término de su vida.
Todos seremos mayores y ancianos, por ellos debiéramos luchar contra este tipo de injusticias y desatenciones, como también exigir a nuestros políticos que no sean tan hipócritas, como Gallardón, que dice que una madre no puede abortar aunque sepa que tendrá un hijo discapacitado, y al mismo tiempo retiran las ayudas a la dependencia. ¡Maldita sociedad! ¡Ministro hipócrita! Si no puedes ayudar y apoyar al dependiente, al menos deja que quien va a sufrir las consecuencias decida por si mismo.
Lo único que faltaba para sentirnos miserables todos, es permitir que se sigan disminuyendo las pensiones, al mismo tiempo que aceptamos que indemnicen al expresidente del (CGPJ) el Sr. Dívar, con 208.000 euros, después de que dimitiera por malgastar fondos públicos. Y asistir complacientes a todas esas pensiones e indemnizaciones millonarias de dirigentes de cajas por llevarlas a la quiebra. O que implanten el copago sanitario, mientras nuestros políticos se siguen colocando así mismos y a sus familiares allí donde hay buenos y más de un salario.
Las personas mayores son la memoria de un pueblo y maestros de la vida. Cuando una sociedad no cuida a sus ancianos niega sus propias raíces y simplemente sucumbe.
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