A mis suegros
La ley de la vida indica que deben ser los hijos quienes deben enterrar a sus padres, por lo que nadie está preparado para que esta relación se invierta. Y cuando esto sucede, la muerte de un hijo es totalmente devastadora para cualquier padre, sin importar la causa de la muerte o la edad del chico. Su sufrimiento es intenso, duradero y muy complejo. El trance y el proceso curativo contienen elementos similares para todos los tipos de padres, pero para aquellos cuyos hijos adultos han fallecido existen algunos factores adicionales. Algunas personas dentro de la familia o las amistades pueden llegar a pensar que por el hecho de que el hijo ya era un adulto el dolor de perderlo podría llegar a ser menor. Vuestra nuera, debido a su enfermedad, no os puede atender, pero sí hacer posible que, cueste lo que cueste esa residencia en donde estáis, podáis seguir. Yo arreglaré los papeles y haré todo lo posible. Pues estáis juntos y os tenéis el uno al otro, y desde luego, estáis como en un apartamento, y bien atendidos. Intentaré que no os falte de nada, pues gracias a vosotros que tuvisteis un hijo, yo me pude casar con él y vivir 33 años muy felices.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

