La limpieza de los montes
Limpiar los montes no es de estos tiempos, lo que pasa es que nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que truena. Existe normativa legal y vigente que obliga a cuidar el crecimiento de la vegetación de los montes y por tanto cortarla periódicamente, teniendo como base principal el control y motivo de incendios forestales.
Los propietarios de las fincas de monte lo saben y nosotros opinamos que en teoría cumplen con los requisitos de la poda de la vegetación que afecta a sus terrenos particulares.
Laboralmente hay empresas que tienen como único cometido profesional el tener en su plantilla un equipo preparado y dispuesto para estos trabajos de poda, sobre todo para ofrecer sus servicios, sobre todo a las compañías eléctricas, para cortar la vegetación situada debajo de las líneas eléctricas.
¿Pueden emplearse en este trabajo de limpiar, digamos los bosques, a los parados? Veamos los factores determinantes para este tipo de trabajo y que afectan a los trabajadores.
En general, son válidos y útiles toda clase de personas. Pero siempre hay un pero. Las empresas que se dedican a este menester, en principio, tienen que tener una base de personal experimentada en el tema. La vegetación no se corta con facilidad. El personal que se pretende contratar se le tiene que explicar el trabajo a desarrollar y tomar una medidas preventivas, sobre todo de seguridad, con el fin de evitar accidentes. Es decir, se le tiene que formar laboralmente para este tipo de trabajos. El terreno en general tiene una orografía dura y nunca es favorable.
Los riesgos más frecuentes son: caídas de personal, caídas de piedras, proyección de fragmentos por impactos de herramientas, golpes, sobreesfuerzos y de manera especial electrocuciones por contacto con instalaciones eléctricas.
Medidas preventivas: como neutralización de las instalaciones existentes, riesgo de agua, acordonar el área de trabajo.
Protecciones individuales, mono de trabajo, casco de seguridad homologado, guantes, calzado de seguridad, cinturones de protección, mascarillas de protección facial, gafas protectoras de seguridad.
Todas estas medidas y el equipo, la empresa lo debe disponer en perfecto estado y su coste, por obrero, supone más de 400 euros.
Por experiencia personal, puedo señalar que cuando se le hace saber al personal el trabajo a realizar y las circunstancias que le rodean ya lo rechazan de plano y muchas veces sintiendo en su moral propia el rechazo ya que pierden un ingreso económico. También he de señalar que han existido empresas que han tenido que cerrar en su cometido, simplemente por falta de trabajo para estos menesteres de limpieza.
Así que estimo que antes de lanzar la consigna: los parados que limpien los montes para evitar incendios que se sepa, que hay que tener hecho un estudio de la clase de personal que se envía a estas labores. En teoría, el eslogan es muy loable, en la práctica eso ya es otra cosa. Y sí es cierto que aplicando la normativa vigente se abre un amplio campo laboral de trabajo, en este caso de poda y mantenimiento de las calles de las líneas eléctricas e igualmente de la conservación de los montes abandonados a su suerte. Cuando desgraciadamente surja un incendio nos acordaremos otra vez de los parados y nos haremos una pregunta: ¿por qué se queman los montes?
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