Buenas tardes, tristeza

Como con frecuencia nos preocupamos mucho del estado de ánimo de lass estrellas del fútbol, esta pasada semana ha trascendido que Cristiano Ronaldo está trsite, atribulado, mohíno... Inopinadamente, él lo ha confesado en algunas redes sociales, y lo ha hecho como quien necesita vocear al mundo su aflicción para que se escuche el runrún de su autoestima.Y esa tristeza que se escapa ahora en sus mensajes y en algunos gestos que también se han visto publicados, nos llevan directamente a la disparatada exageración del fútbol metida en nuestras vidas y, en ocasiones, en la vida de los otros, como es el caso.

Es muy cierto que en este terrenal mundo todos necesitamos sentirnos queridos, pero es desde la sensillez y la humildad donde creemos que mejor se logra el reconocimiento y la estima. El líder ha de ser un servidor de todos. Y convendría no olvidar que hay mucha gente triste al levantarse por las mañanas, y máxime con esta malhadada crisis que nos atenaza, y no lo va soltando por ahí.

"La Lirio tiene una pena, tiene una pena la Lirio", decía la copla. Françoise Sagan, con solo 19 añitos, con su primera novela saltaba a la literatura con una obra que hizo furor en el año 1954, titulada "Bonjour tristesse"; pero todo eso hoy no tiene importancia, puesto que lo nombrado no son más que citas de letraherido. Lo verdaderamente importante ahora, lo que realmente conmueve nuestro interior es que Cristiano Ronaldo está triste.

El mismo lo dijo el domingo pasado al finalizar el partido contra el Granada, en el que metió dos goles y no los solemnizó porque estaba triste. Siempre hemos creído que eso de la tristeza entra en el ámbito de lo personal, de lo muy íntimo, pero Ronaldo la proclamó a los cuatro cientos. Y crujieron los teletipos de todas las redacciones y se convulsionaron las televisiones con noticia de cabecera. Así somos en éste país. España puede estar al borde del colapso económico y no tener seguras ni las pensiones de los jubilados, pero todo ello es una cuestión baladí.

Al parecer, Ronaldo, entre otras cosas, no soporta el hecho de que en su propio equipo señalen como mejor jugador del mundo a Messi, ese pequeñajo futbolista del Barcelona al que nunca le quedará planchado un traje de Armani. Y tampoco digiere que prefieran como Balón de Oro a Iker Casillas, un simple portero. Gran jugador éste Ronaldo sí que lo es, pero para los no muy apasionados del fútbol, resulta un negativo reflejo.

Puede ser que muy en el fono el ser humano esté hecho de idéntica pasta que el vecino de al lado al que le duelen las mismas cosas, aunque uno sea rico y el otro exageradamente pobre. Debe ser eso lo que le pasa estos días a Cristiano Ronaldo, que está muy triste, casi como aquél gato de la canción del brasileño Roberto Carlos. Aunque muchos ya se preguntan cómo puede estar desconsolado un hombre guapo, famoso, inmensamente rico y con una novia modelo en unos momentos en que, en gran medida, la tristeza solo nos suele hacer mella por falta de liquidez.

La verdad es que el crack portugués transmite una imagen de persona torturada, cabreada consigo mismo y con el mundo que le rodea, de insatisfacción y frustración permanentes. Sorprende, y mucho, que un hombre que lo tiene casi todo, no se comporte --por poner un ejemplo--. como aquél otro futbolista, Romario, que en su día dijo aquello de: ¿Deprimido yo? ¿Cómo voy a estar deprimido con la pasta que gano?

Después de una durísima tarde domingo futbolero, en la que marcó varios goles y se embolsó unos 27.500 euros --que ya es embolsar--, compartió su inquietud con el mundo de las ondas. Unos lo pasan malísimamente mal por no tener ni empleo ni ingresos; otros, canutas con 5.100 euros mensuales como diputados y, algunos "refalfiados" se resquebrajan cobrando más un millón de euros cada 30 días del año. La declaración pública de las quejas de todos ellos delatan que vivímos en mundos diferenciados. Tendremos que reconocer que sí hay dos Españas. Y en la del fútbol siempre habrá quien justifique altos sueldos y elevado estatus. "Ganamos porque lo generamos", se escucha decir en ocasiones con tono seco y cortante

Pero estas disquisiciones que debieran preocupar a todos los mortales por causas graves, palidecen ante la aflicción de Cristiano. ¿Por qué

ese abatimiento si es guapo, rico y buen jugador, como él mismo puntualizó? Afloran variadas versiones y se entremezclan el dinero y el reconocimiento a la persona. Para muchas personas esto de Ronaldo no deja de ser una pataleta de niño mimado.

Sin duda alguna, muchísimas más importantes razones para el desaliento y la tristeza son las que padecen los millones de parados españoles y sus familias que a duras penas llegan a fin de mes sin dinero alguno en sus bolsillos.