A la Residencia Aramo
Con motivo de una intervención quirúrgica resolví ingresar en un centro geriátrico, recalando en la Residencia Aramo, que más que residencia se asemeja a una casa-hotel en la que desde el primer momento te consideras en familia. Uno, por su gastronomía natural y casera que te recuerda a la de tu propio hogar, así como por los profesionales que la integran, que te acogen con verdadera amabilidad, creando lazos de amistad para la posteridad.
En cuanto a limpieza y saneamiento, por mi parte le asigno la máxima puntuación.
Gracias a todos. Desde su gestor y su directora hasta cada uno de los magníficos profesionales que, durante día y noche, me prodigaron los servicios inherentes a mis necesidades cotidianas.
Nunca olvidaré el trato humano y solidario que he recibido a lo largo de este tiempo transcurrido en esa «casa-hogar» y sabed que habéis dejado huella en mí porque a través de vosotros he recuperado mi autoestima.
Extiendo mi gratitud a todos, con mi apreciación personal más afectiva.
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