T. O. C.
No son éstas, aunque pudieran parecerlo, las siglas de "Traidor. Obtuso. Cobarde". Son la abreviatura del "Trastorno obsesivo compulsivo" que me parece que estoy incubando: Totalmente abducida por el pensamiento continuo de que nos han robado la paga extra de diciembre a los sirvientes, digo servidores públicos, ya he empezado a poner el árbol de Navidad para enfrentarme con mis miedos como dice mi psiquiatra querida. El terror a quedarme en números rojos (la paga la usábamos no precisamente para ir a Seychelles por Nochevieja sino para pagar los seguros e impuestos anuales varios), engrosando un listado de morosos a pesar de tener un trabajo gracias a mis padres y también a mi esfuerzo, me obsesiona de tal manera que duermo mal por las noches y me despierto peor de lo que me acosté.
También es verdad que me lo merezco por ingenua y confiada. Juro que creí en ellos ciegamente, lo cual era bastante fácil teniendo en cuenta la trayectoria de los anteriores, vamos, que "picamos" los más de diez millones de españoles que les regalamos el cheque en blanco de la mayoría absoluta a fondo perdido.
Suscribo de principio a fin la carta de D. Faustino Gómez Pérez de Gijón publicada el domingo 23 de septiembre en esta misma sección y titulada "Carta abierta a Maria Dolores De Cospedal", salvo en su frase del tercer párrafo donde dice que "demasiados votantes del PP no pueden ir con la cabeza bien alta porque sienten demasiada vergüenza...". Eso no. Yo voy como las gallinas de Celsa Díaz por Paraxes, tiesa, esa es la pose. A ver por qué tengo que avergonzarme de haber cacareado mi antigua confianza en ellos de buena fé.
Bromas a un lado, muy grave me parece la situación viendo en la página 21 de la edición de Avilés de LNE del mismo domingo 23 de septiembre un artículo titulado "Los jueces asturianos claman contra la reforma de Gallardón", en el que dos representantes de la Judicatura, el último reducto de la prudencia y la imparcialidad de este país, no tienen más remedio que alzar sus valientes voces contra el expolio que el Ministerio de Justicia se ha atrevido a infligir a sus ya maltrechos recursos. Por ejemplo el magistrado juez D. José Antonio Soto-Jove pone de manifiesto "el nuevo tratamiento de las bajas de enfermedad y la opacidad del Ministerio, que adopta decisiones sin ningún tipo de consulta". Esto mismo lo lleva diciendo servidora en varias cartas aunque aplicado al contexto de la Sanidad, pero que lo diga referido al entorno judicial alguien de la talla de Su Señoría la verdad, me reconforta.
Si se tiene la paciencia y templanza de leer entera la reforma laboral de este nuestro Gobierno (yo me quedé en el folio 41), recomiendo tomarse un tranquilizante suave si se trata de un lector previamente sano cuando se llega al apartado de las bajas por enfermedad (alguien que padezca alguna patología mejor que se abstenga). Incluso se insinúa (según mi percepción personal afectada por el T. O. C. que probablemente estoy incubando) la escasa o nula credibilidad del médico emisor de la incapacidad laboral transitoria (I. T.), dadas las atribuciones que los políticos elaboradores del decretazo se han autoconferido para valorar dichas I. T.
El Profesor Dr. José Antonio Flórez Lozano recomendaba hace pocos días aquí mismo en LNE, en su excelente tribuna "Sonrisas y longevidad", valorar las pequeñas satisfacciones de la vida, usar el optimismo para combatir el desánimo y poder vivir relativamente felices. Como he terminado las pastillas del ISRS (no debo hacer propaganda del nombre comercial), voy a hacerle caso y seguir aprovechando esta terapia gratuita que me brinda LNE enviando todas las cartas que se me ocurran hasta que el Gobierno del PP recapacite por aburrimiento. O dimita.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo