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Los problemas ferroviarios de Asturias

1 de Octubre del 2012 - Rufino Roces García

Leyendo un valiente editorial de LA NUEVA ESPAÑA sobre la calamitosa situación de los FF CC en Asturias recordé mis primeros viajes en este entrañable medio de comunicación. Desde mi más tierna infancia fue el recurso habitual en mis desplazamientos por Asturias, pues el no haber tenido nunca vehículo propio me obligó a ello. (Recuerdo a mi madre contándome que en el verano de 1939, con unos 6 meses de vida, yo había nacido en enero de ese año, me llevaron a Candás. De La Felguera a Gijón en el vetusto y tiznado de carbón FF CC de Langreo con su plano inclinado de San Pedro; Gijón-Musel en el familiar tranvía y desde el Musel a Candas en el «Carreño» (incipiente FF CC de lo que hoy es el Gijón-Ferrol). Después, ya con 3 o 4 años, evoco los viajes a Turón, con sus pesados transbordos (FF CC del Norte, hoy Renfe, hasta Soto de Rey, El Vasco hasta Figaredo y un trenecito minero que nos depositaba cerca de La Rebaldana y San Andrés, don vivían mis tías Visita y Oliva). Luego, ya con 6 o 7 años, a las fiestas de la Virgen del Camino a León, en un viaje pesado, interminable y angustioso..., y podría seguir contando, pero con esto creo que basta para señalar que alguna experiencia tengo sobre este vital recurso para la comunicación.

El caso es que después de 70 años y cuando hay ferrocarriles por el mundo que circulan a 500 km por hora (en España a 300), nosotros, los asturianos, no hemos avanzado significativamente y eso que aquí se construyó el tercer FF CC de España (Laviana-Langreo) hace ya 160 años y es una de las regiones que, proporcionalmente a su extensión, tiene más kilómetros de vías férreas. Pero no cabe duda y coincido en esto con LA NUEVA ESPAÑA: «Es como si Asturias sufriese una maldición cada vez que se trata de andar entre raíles, todo parece conjurarse en contra de los usuarios». Si nos referimos a la «variante de Pajares», ya a últimos de los años setenta, Alejandro Rebollo, entonces presidente de Renfe, propuso esta obra a la que el PSOE, en Madrid, votó sistemáticamente en contra, no sabemos muy bien por qué, pero así fue. Tras muchas vicisitudes y propuestas, con el PP en el poder central y Álvarez-Cascos como ministro de Fomento, parecía que se daba el impulso definitivo. Comenzaron las obras a buen ritmo y todos nos las prometíamos muy felices, pero al parecer no estaba todo «atado y bien atado», como se afirmó, parece que la prisa era más bien electoral (prueba de ello es que a día de hoy, con los túneles calados desde hace tiempo, aún no se sabe qué ancho de vía se instalará en los mismos y si por ellos circularán o no las mercancías. ¿Cómo es posible que se proyecte una obra de esta envergadura sin haber estudiado antes asuntos tan importante? ¡¡Misterio!!) y llegó Magdalena Álvarez y paró la obra para «nuevos estudios» y luego el inefable José Blanco que como buen «gallego», procedió a dar preferencia al AVE de Galicia, «nuevos retrasos» y para colmo de despropósitos construye una estación «provisional» en León, en un fondo de saco, que obliga a los trenes procedentes o en dirección a Asturias a dar marcha atrás y perder casi media hora. Siempre que me toca sufrir esta maniobra le digo a mi mujer: «En Asturias nunca tendremos AVE, el nuestro será un AVEMARÍA». No está de más comentar lo de Gijón. Otra estación «provisional» para muchos años, alejada del centro, un «túnel del tiempo» (los gijoneses lo llaman de la «risa») desde El Humedal a Viesques, construido hace ya tres años y en el que se invirtieron 106 millones de euros, a los que hay que añadir doscientos mil anuales que cuesta su mantenimiento, para que no se inunde, y una «playa de vías levantadas», que dan pena y dolor, donde se iban a construir acristalados hoteles y cientos de pisos de lujo.

Subtítulo: A lo que lleva una política de derroche

Destacado:Nos advierten de que se suprimirán las líneas deficitarias; resumiendo, si lo cogemos al pie de la letra, habrá que suprimirlas ¡todas!, pues no creo que ninguna sea rentable

Eran tiempos de abundancia y de derroche. ¡¡Así lo estamos pagando!! ¿Y qué decir del Feve? La línea Gijón-Laviana ha perdido miles de viajeros, en gran parte por el traslado de la estación de Gijón, pero también por las frecuencias y malos enlaces. En este trayecto que trasportaba hace poco tiempo casi dos millones de viajeros (era la línea más usada del Feve) hoy circulan los convoyes casi vacíos. Un ejemplo visto con mis propios ojos: un espléndido sábado del pasado mes de julio llega a Gijón un tren procedente de Laviana. Sobre las 12 del mediodía. Se posaron del mismo 10 o 12 viajeros. Hace 8 o 10 años en ese tren viajarían 150 o 200 personas, como «sardinas en lata», pues no se dignaban a poner más unidades. ¡¡Que cada uno se arreglase como pudiese!! Esa era la «política» de empleados y directivos, puedo dar fe, pues me ocurrió personalmente en más de una ocasión. Ahora se pagan las consecuencias y nos advierten de que se suprimirán las líneas deficitarias. Resumiendo, si lo cogemos al pie de la letra, habrá que suprimirlas ¡¡todas!!, pues no creo que ninguna sea rentable. Y me abstengo de comentar nada sobre los problemas ferroviarios de mi pueblo, La Felguera, pues necesito otra página y es mucho abusar, pero si lo dicho hasta ahora no tiene nombre, lo del soterramiento del Feve en Langreo es de escándalo. Lo dejo para otro día, hoy no quiero cabrearme, me sienta fatal al corazón.

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