Un buen momento para volver
Con motivo de los 50 años de la fundación del Colegio Paula Frassinetti en Avilés, el sábado 2 de mayo nos hemos reunido en el colegio antiguos alumnos, madres Doroteas y profesores. Quiero aprovechar este espacio para contaros mi experiencia del encuentro y la celebración.
Cualquier aniversario en la vida es motivo de alegría y festejo, y este año era ocasión obligada, dada la coincidencia de 4 aniversarios, para celebrar y encontrarnos con tantas personas que en una etapa de nuestra vida fueron importantes y pilar básico de nuestra formación.
Naturalmente este encuentro no ha supuesto para mí, que ya estoy cerca de los 50, lo mismo que para mis hijos, aunque sólo sea porque ellos han dejado el cole hace unos pocos años.
El tiempo pone las cosas en su justo lugar y cuando se echa la vista atrás y toca hacer balance, te das cuenta que existieron, como en tantas parcelas de la vida cosas buenas y menos buenas, pero no es momento de críticas. Reconozcamos que incluso aquéllas que nos parecieron malas nos han ayudado a crecer si nos hemos permitido aprender de ellas. Hoy es momento de celebrar todo lo que somos y compartimos gracias, también, a los años que pasamos en las aulas.
He leído la crónica Traca final que sobre ese día se ha publicado. Y es cierto que a estas alturas de la vida todos tenemos más o menos canas, y no me refiero sólo a las del cabello, sino a las que se nos han ido quedando prendidas del corazón: todos hemos vivido y nos hemos desgastado por el camino. Pero, lo de menos son los kilos o las arrugas de más, eso forma parte del lógico pasar de los años. Lo verdaderamente importante es la capacidad de disfrutar del encuentro y poder celebrarlo.
Los días previos los he vivido con expectación, haciendo memoria y repasando a tantas compañeras y profesores con quienes deseaba encontrarme. A muchas tuve la suerte y felicidad de volver a verlas, a otras os he echado en falta y a otras las hemos recordado con cariño y nostalgia por no encontrarse ya entre nosotros.
El colegio de las Doroteas ha dejado su impronta en todos y cada uno de los alumnos que hemos pasado por él, y como dice un refrán que es de bien nacidos ser agradecidos hoy sólo me salen agradecimientos:
Gracias a las madres Doroteas por vuestra dedicación y empeño en la formación de los alumnos y por saber y querer adaptaros a los cambios de los tiempos. Con vosotras he aprendido el valor de la constancia, la alegría y la simplicidad, básicas para afrontar cualquier trabajo.
Gracias a todos los profesores, pues al añadir tiempo y contenido a vuestros horarios y materias lectivos me habéis alentado por el camino del esfuerzo personal.
Gracias a mis compañeras con las que tantas risas, recreos y tareas he compartido. De vosotras aprendí el valor de la amistad.
Y no quiero dejar pasar la ocasión de agradecer a mis padres todos sus desvelos porque tuviera una buena educación en todos los sentidos, ya que en su día acertaron poniendo su confianza en el colegio.
Os animo a compartir todos los momentos que el futuro nos ofrezca para continuar celebrando, el recuerdo y el encuentro con nuestros compañeros y profesores. Siempre es buen momento para volver.
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