Bajo los adoquines está el mar
Como cualquier martes, a las 8:31 de la mañana estábamos atendiendo a la primera explicación del día; ahora, doce horas después, los que pedimos explicaciones somos nosotros.
Nacimos a finales de los 90 rodeados de juguetes y con padres acomodados que, paradójicamente, ahora buscan donde acomodarse. A fecha de hoy, ya no quedan juguetes en nuestras habitaciones pero, ¿nos hemos convertido nosotros en los juguetes de alguien? Si este es el caso, ¿Quiénes son esos niños que nos manejan? Y, ¿Qué ha ocurrido en los últimos años para llegar a esta situación?
Con 18 años y ganas de estudiar, lo único que nos ponen son trabas para conseguirlo: las tasas universitarias suben, las becas se reducen, las clases se masifican y, como consecuencia, la calidad educativa disminuye.
Lo que usted no entiende señor Wert, es que la educación no es ningún gasto, sino una inversión. Los españoles hace mucho que dejamos de ser juguetes. Por eso, no solo exigimos, lo que, por otra parte, nos pertenece: una formación pública, laica y de calidad; sino que también consideramos que otro tipo de reformas son posibles. Una reforma fiscal en la que el que más tenga sea el que más pague.
Pero no olvidéis que, bajo los adoquines está el mar.
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