La Nueva España » Cartas de los lectores » Tribuna » Gutiérrez Menoyo, un convencido luchador por la libertad

Gutiérrez Menoyo, un convencido luchador por la libertad

5 de Noviembre del 2012 - José María Ruilópez

Con el fallecimiento de Eloy Gutiérrez Menoyo se extingue lo que podríamos llamar la participación española en la Revolución cubana de 1959. Mientras Fidel Castro dirigía el frente de Sierra Maestra, lo que fue el movimiento 26 de julio, el comandante Gutiérrez Menoyo hacía lo propio en el Segundo Frente Nacional del Escambray. El 1 de enero de 1959 entró triunfal en La Habana, mientras Fidel lo hacía el día 8.

Eloy Gutiérrez Menoyo había nacido en Madrid en 1934. Su padre, que está enterrado en Oviedo, era comandante médico de la II República Española, y, tras la Guerra Civil, se exilia con su familia, llegando a Cuba en 1948. Allí, el adolescente Menoyo estudia nocturno Electromecánica en el Colegio Belén. Trabajó en la empresa de construcción Pedro C. Duquesne, en una fábrica de caramelos y de cantinero en el Tox Club en Calzada y F. Es a partir de aquí cuando se inicia en lucha armada contra el régimen de Fulgencio Batista. Menoyo deja en Miami a su esposa, Gladys Teresa Martínez, y tres hijos, además de una hija de anterior matrimonio, Patricia, residente en Puerto Rico, donde dirige una editora.

Gutiérrez Menoyo no forma parte del primer Gobierno revolucionario: «Se me ofreció un Ministerio y lo rechacé. Se me ofreció una Embajada y la rechacé. Se creó el partido único. Y desde el primer momento se lo dejé muy claro a Raúl Castro, que yo no iba a participar, porque no habíamos luchado para constituir un partido único», confesó en mi último encuentro con él en su casa de La Habana, en 2006.

Sus discrepancias con el Gobierno de Fidel le hacían incómodo a la reciente revolución castrista. «Yo estaba de acuerdo con un cambio de sistema, pero no con la supresión de las libertades. Y mucho menos al punto que ha llegado donde se confunden todos los términos. Se habla de socialismo, pero para mí socialismo no es libreta de racionamiento, ni salarios de hambre, ni es privilegio al extranjero ni nada por el estilo». Y llega a un punto de discrepancia que Menoyo rompe con Fidel: «Cuado me doy cuenta de que no se va a instaurar un sistema democrático, sino un sistema de partido único con el cual yo no estoy de acuerdo».

Subtítulo: De revolucionario a opositor al castrismo

Destcado: En su etapa final en La Habana proclamó el diálogo para llegar a un momento de transición pacífica, y declaró estar «reclamando un espacio para una oposición legal independiente. Equidistante de cualquier potencia extranjera. Y desde ese espacio legal nos gustaría tener acceso a los medios de difusión»

En 1961 se va a Miami, donde funda la organización Alpha 66, «que estaba muy bien vertebrada. Y pudimos organizar operaciones comando contra instalaciones militares en Cuba. Después desembarqué en la isla en 1964. Caí preso y pasé 22 años de cautiverio». Aquellos años de cárcel dejaron en Menoyo secuelas en la vista y otras partes del cuerpo. Un cautiverio que definía así: «Yo te diría que fue un presidio violento, de barbarie y salvajismo. Yo he oído a funcionarios decir que aquí nunca se golpeó a un preso. Si nos dieran el teatro el Palacio de Convenciones lo llenamos con miles de presos golpeados en este país. Yo mismo fui golpeado».

En 1986, con la intervención directa del entonces presidente del Gobierno de España, Felipe González, ante Fidel Castro, Menoyo es liberado y regresa a España, donde permanece unos años, haciendo visitas a la isla para dar conferencias. Hasta que en 2003 se instala definitivamente en La Habana y funda «Cambio Cubano». Una organización formada por unos 3.000 miembros, casi todos instalados fuera de Cuba. «Nosotros queremos un cambio de sistema que se produzca lo más rápido posible. Y que sea el pueblo de Cuba el que pueda retomar las riendas de su soberanía y decidir libremente sus gobernantes y dónde quiere ir. No pretendemos establecer una pauta en la que digamos a los cubanos esto es lo que hay que hacer».

En cuanto a su opinión sobre la disidencia interna en Cuba opinaba sobre el recientemente fallecido Oswaldo Payá, fundador del Proyecto Varela, «respeto su posición. Pero el Proyecto Varela fue redactado en parte fuera de aquí por la extrema derecha desde el clero más reaccionario». Acerca de los opositores Martha Beatriz Roque y Félix Bone decían que «ellos responden a toda esa gente que está en el exilio de extrema derecha. Ellos me atacan también». Sobre Elizardo Sánchez y Vladimiro Roca, «Elizardo se conoció hace poco que trabajaba con la inteligencia cubana. De esto no me gusta opinar mucho, porque soy consciente de que la disidencia es como un terreno minado».

Olga Morgan, viuda de William Morgan, un estadounidenses ejecutado por Castro en 1961, veterana en la lucha en el Escambray a las órdenes de Menoyo, declaró que «era un hombre muy especial. Era mi hermano de lucha. Era un hombre con una valentía que nunca tuvo temor por nada. Que tomó el camino que tomó».

Hace unos días un diario madrileño publicó lo que sería su testamento político, dictado a su hija Patricia, cuando sabía que su enfermedad, un aneurisma sin posible operación, era irreversible: «El ciudadano de Cuba ha ido perdiendo consciencia de sí mismo: se resiste aunque a veces no lo exprese y la juventud se sustrae y convierte el deseo de escapar en una obsesión desmesurada. Grandes sectores de la gente de a pie ya sabe de memoria que esta revolución ya no tiene sentido moral. El Gobierno cubano ha sido tenaz en su minuciosa labor de hacer invisible a la oposición, a la que se coacciona y cohíbe de movilizarse y no se le permite insertarse en las áreas importantes de las comunicaciones o la legislación».

En su etapa final en La Habana proclamó el diálogo para llegar a un momento de transición pacífica, y declaró estar «reclamando un espacio para una oposición legal independiente. Equidistante de cualquier potencia extranjera. Y desde ese espacio legal nos gustaría tener acceso a los medios de difusión».

Ya en el año 1995 Menoyo, en una entrevista con Fidel, le sugirió un posible cambio en la isla, según me contó en aquella charla de hace seis años: «Yo le planteé que apoyaba su retiro. Y Fidel me dijo que apoyaba el mío. Sí, perfectamente, le contesté. Pero el problema es que yo firmo mi retiro ahora y tú no lo firmas». Ahora ambos han dejado la vida pública, pero por muy diferentes causas.

Cartas

Número de cartas: 45270

Número de cartas en Mayo: 114

Tribunas

Número de tribunas: 2045

Número de tribunas en Mayo: 7

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador