Recuperen el sentido de la realidad

Estoy en el Hospital San Agustín de Avilés y entre paciente y paciente, entre parto y parto, he abierto el correo y me he encontrado con una carta de doña Celia Gómez, gerente del Sespa, titulada: «Tenemos que tomar decisiones».

La he leído con detenimiento y tal y como me enseñaron mis mayores desde pequeñito contesto a su epístola lo antes posible de la forma más concisa que pueda y siempre desde mi más absoluto respeto.

En el primer párrafo ya compruebo que no está bien informada de las razones de esta legítima convocatoria de huelga al referirse como motivo de ella al desacuerdo en la aplicación de las normas estatales. No obstante, esto no me desanima y continúo leyendo con curiosidad para conocer algunas de sus reflexiones.

La primera reflexión es una constatación de la alta calidad de nuestro Sistema Nacional de Salud y de la percepción tan positiva que tiene la población de ello, manteniéndonos siempre en el primer puesto en sus contestaciones de las encuestas del CIS. Efectivamente, esta calidad se logra con el conjunto de actuaciones de todos los profesionales que en ella intervenimos. En mi opinión, de los médicos también.

El resto de las reflexiones no dejan de ser disertaciones escuetas sobre la crisis económica que todo lo invade y justifica, para pasar a comentarnos que es responsabilidad de todos el buscar soluciones y lo debemos hacer con rigor.

Ahora le haré yo mis reflexiones.

1ª. Estoy muy orgulloso de pertenecer a este Sistema Nacional de Salud, que está ofreciendo unos niveles de calidad envidiables con unos costes bastante inferiores a los de otros países de nuestro entorno.

2º Nuestro objetivo es seguir manteniendo estos niveles de calidad. Para ello, en estos momentos de recortes, es necesario que los dirigentes sean capaces de detectar las bolsas de ineficiencia o despilfarro que sin duda las hay (si quiere le puedo indicar algunas) y con la toma de decisiones acertadas justas y valientes corregir dichas situaciones.

3º Los médicos no pedimos dinero. Yo no pido dinero. Hemos dado muestras de solidaridad y generosidad colaborando con más del 20% de nuestro sueldo en los dos últimos años, para intentar solucionar una crisis que no hemos provocado, se ha aceptado renunciar a muchos días de vacaciones, se ha aceptado la desaparición de la extra de Navidad, se ha aceptado la desaparición de ayudas al estudio, ayudas para los hijos, a la aportación del plan de pensiones... todo ello aunque sea discutible y se dude de su idoneidad se ha aceptado y no nos ha llevado a huelga alguna, incluso estoy seguro de que más recortes económicos distribuidos de forma equitativa tampoco nos hubieran movilizado. También se ha aceptado el incremento de jornada a 37,5 horas semanales. Esto ya lo sabe usted bien o lo debería saber si se ha reunido y escuchado a los convocantes. Pero no le quepa duda de que por donde nuestra dignidad no nos deja pasar y espero que no nos deje jamás es por avergonzarnos de ser médicos especialistas hospitalarios y que para redimirnos de no sé qué pecado cometido hemos de aceptar unas condiciones de horario laboral a todas luces descabelladas, leoninas, ya definidas como cercanas a la esclavitud. ¡Por ahí no!

4º. Con el empeoramiento injustificado de las condiciones de trabajo y con el especial ensañamiento contra el médico hospitalario que se derivarían de la aplicación de su mal llamado acuerdo no se puede esperar que la calidad no se resienta. Esta decisión tomada es a todas luces equivocada. Equivocada es la decisión de maltratar especialmente a los médicos hospitalarios de más de 55 años que lo han dado todo y que han sido y siguen siendo actores fundamentales de esta excelente sanidad pública.

Equivocada es la decisión de obligar al profesional que dedica más de 2.500 horas de su año al hospital a que aumente aún más esta dedicación y que mantenga la misma atención, ilusión y buena praxis.

5º. Los políticos que en determinados momentos tienen responsabilidad de dirigir están obligados, como usted escribe en el penúltimo párrafo de su carta, a adoptar decisiones difíciles y exigentes. Pero, por favor, ¡que no sean siempre equivocadas! Deseamos y esperamos de vosotros cordura, justicia, imparcialidad, reflexión, honestidad, dirigentes sensatos, que se rijan por la razón y no por impulsos partidistas, dirigentes ávidos de conocimiento y sin la arrogancia tan adherida al poder y tan lejana de la ecuanimidad, dirigentes con la inteligencia, capacidad de análisis y con la humildad suficiente que les lleven a decisiones justas con las que ganarse el respeto de sus dirigidos. ¿Está usted de acuerdo conmigo?

En la situación actual, es difícil otorgar estas cualidades a quien nos dirige. ¿Conoce la valoración que hace nuestra sociedad de los políticos? Y de los médicos? Por qué cree usted que será? Piénselo, por favor, y reflexione.

6º. Tengo 10 trienios de antigüedad y todos ellos conseguidos en la sanidad pública, nunca he visto un conflicto que haya aunado todas las voluntades hacia un mismo clamor de injusticia y desfachatez, no importa la ideología del crítico, sea de derechas, centro, izquierda, hombre, mujer, joven o mayor, propietario, eventual, interino o MIR. ¿Estamos todos equivocados? Qué nos ha pasado a todos los trabajadores de este estupendo sistema sanitario de forma brusca y repentina?

7º. Por favor, no se engañen más ustedes mismos, recuperen el sentido de la realidad. No engañen tampoco a la población y posibles votantes, así no recuperan el prestigio perdido. Esta huelga no la sigue un 5 ni un 10%. En este servicio somos 16 facultativos y todos estamos de acuerdo con la huelga y todos la secundamos. Todos. Por primera y creo que única vez en la historia que recuerdo. Este mismo seguimiento se da en todos los servicios que tienen atención continuada en este hospital. Esta es la realidad sin apasionamientos. Si no lo conocía, ahora ya lo conoce. Si continúa diciendo que el seguimiento es mínimo, ya sabe que miente, y nosotros también, por lo tanto nueva decisión equivocada y más desprestigio.

Por favor, despójense de la inútil arrogancia, déjense aconsejar por los conocedores de la práctica hospitalaria de primera mano y no de oídas y no pierdan tiempo, nosotros trabajamos incluso los festivos, háganlo ustedes también, reúnanse cuanto antes con los convocantes de la huelga y solucionen esta disparatada situación que han provocado y que nadie desea.