Ex consejero Valledor: la despedida del icneumónido

Cuando en mayo de 2007 la dirección de Izquierda Xunida d’Asturies (IX en adelante) asaltó la sede del Partido Comunista de Asturias (PCA), como consecuencia de la frustración generada por el triunfo de Rivi bajo la advocación de la Asamblea de Ciudadanos por la Izquierda, frente a su artificiosa y fracasada IU de Oviedo, describimos ese penoso acontecimiento en un artículo de LA NUEVA ESPAÑA titulado «La pataleta de los icneumónidos» (LNE, 2-6-2007). Usábamos entonces la metáfora de este grupo de avispas, cuyas hembras depositan su huevo en otro animal vivo, generalmente una oruga, junto con una toxina paralizante, de manera que cuando nace la larva de la avispa se va alimentando del huésped lentamente sin matarlo hasta que, completado su desarrollo, abandona el cuerpo ya consumido como una nueva avispa. La metáfora pretendía explicar la actitud autodestructiva de la IX de Jesús Iglesias, Noemí Martín, et al. expulsando a discrepantes con tal de tocar poder.

Valledor, tras su error de cálculo que les privó de unos meses de sueldos oficiales, ha dicho en voz alta lo que es estrategia general de toda la dirección de IX: la presentación del experimento de la nueva avispa, una vez cumplido el vaciamiento del huésped: una maltrecha Izquierda Xunida de Asturias, sin consistencia política alguna, que no se sabe si está en el Gobierno o desestabilizándolo y que no se sabe si está en contra de la crisis o promoviéndola.

El pasado 16 de marzo, F. J. García Valledor, diputado del grupo parlamentario de IX, con la disculpa de la valoración (negativa) de los 100 días del nuevo Gobierno de coalición entre su formación y el PSOE, aprovechaba la ocasión para lanzar una bomba: hay que disolver IX y crear una formación que aglutine a toda la izquierda alternativa en Asturias, con especial mención al nacionalismo de izquierdas y al ecologismo (LNE, 16-3-2009). Los militantes del PCA, partido fundador del proyecto político que Valledor quiere ahora disolver, esperábamos una respuesta más que contundente por parte de la dirección de IX. No es normal que un militante de una organización proponga la disolución de su propia organización. Lo honesto, cuando uno piensa así, es irse. Pero en IU siempre existe esta posición: Carrillo, Diego López Garrido, Cristina Almeida y ahora toda la dirección de IX. No es normal y no debe pasar desapercibido, el prolongado silencio cómplice, primero, y luego los paños calientes del coordinador general de IX, Jesús Iglesias, que sólo reaccionó cuando Valledor, el pasado 3 de abril, llevó su discrepancia un paso más allá y rompió la disciplina de voto de su grupo parlamentario y no rechazó una moción del PP que pedía la retirada del plan de evaluación del profesorado y la convocatoria de la mesa sectorial de educación. Ante este nuevo hecho, gravísimo en cualquier organización política (pese a las razones de fondo que asisten a la posición de Valledor en este caso) y cuya respuesta normal sería la destitución fulminante (máxime en una situación de pacto de gobierno), la respuesta ya no ha podio ser el silencio, sino un lacónico «quien no acata las decisiones del grupo tiene difícil encaje» y «vamos a reflexionar durante estas vacaciones». ¿A qué se debe esta actitud tan sumamente lenitiva? La respuesta está en la peculiar situación que sufre IU en Asturias y en España.

IU en España está experimentando un profundo cambio de orientación política. Nos encontramos ante la refundación de IU como fuerza política autónoma, crítica con el sistema imperante y referencia no localista frente a la crisis y a las medidas que se tratan de imponer, siempre a costa de la clase trabajadora y en beneficio del mantenimiento de los privilegios de las grandes empresas. La nueva IU, auspiciada por el PCE, tiene como objetivo para los próximos meses liderar el malestar social y la movilización que se están gestando en nuestra sociedad y contribuir a que los ciudadanos con menos ingresos y los trabajadores no sean quienes paguen las consecuencias de la estrategia depredadora de la clase dirigente.

Pero IX de Asturias, no está en esta onda. En primer lugar procedieron a la expulsión de quienes estamos en las posiciones de la actual dirección de IU en el ámbito estatal. Y forman parte de un Gobierno en el que están por el simple hecho de estar. No se puede luchar contra la crisis desde esos sillones, con esas medidas. Las contradicciones de IU aumentan en Asturias, de manera que los icneumónidos se preparan para cambiar de huésped. Como es bien sabido, la maduración de los organismos no es exacta, y unos huevos eclosionan antes que otros. Una vez destrozada en nuestra tierra la única convergencia de izquierdas con respaldo en todo el territorio español capaz de mantener un discurso crítico con el sistema y de proponer medidas beneficiosas para las clases populares, el primer icneumónido está maduro para salir y reiniciar su horrible ciclo biológico. Pero el resto está madurando.

Ignacio Loy Madera es coordinador general de IU de Oviedo, no reconocido por IX y miembro del comité central del Partido Comunista de Asturias.