Asturies sí ye nación
Con todo este totum revolutum de crisis, pérdida de derechos sociales y de credibilidad de los políticos, en general, con honrosas excepciones, ahora se nos marea y distrae con el tema de Cataluña y de si quieren o no ser independientes. Yo pienso que si los ciudadanos de Cataluña se quieren independizar... pues que lo decidan en un referéndum. Si sale favorable, se acepta democráticamente y, acto seguido, se abren unas negociaciones con la chequera en la mesa, se echan las cuentas de activo y pasivo, plazos de pagos a quien corresponda, y aquí paz y después gloria.
Pero lo que a los asturianos nos debería ocupar y preocupar es la situación de esta nuestra Asturias. Mientras los catalanes miran por lo suyo, son constantes, trabajadores, ahorradores y emprendedores, aquí estamos en las antípodas.
Asturies es de hecho, que no de derecho, una nacionalidad histórica española más que, con su lengua ¡aún no oficial!, su cultura, sus tradiciones y su idiosincrasia forjada a lo largo de siglos, tiene una personalidad propia que constantemente se ningunea y se le niega. Su «probetayu» Estatuto de Autonomía nada tiene que ver con el catalán, por ejemplo. Aquí no apreciamos lo nuestro; al contrario, lo despreciamos. Para algunos, nuestras señas de identidad es ser «borracha y dinamitera». Con este bagaje lo que me despierta Cataluña y los catalanes no es otra cosa que envidia.
Siendo España un Estado plurinacional y pluricultural, Asturies, objetivamente, sí ye nación; sí nos sabemos un pueblo diferente; pero no hay aquí independentismo, eso es otra cosa. No obstante, los asturianos no podemos seguir siendo los últimos de la cola a la hora de recibir inversiones o la solidaridad del resto de España. Además de destruirnos la industria naviera, del hierro y minera; además de acabar con el campo y la ganadería; además de liquidar nuestra industria pesquera, de dejarnos esta tierra hecha un erial, y de ser los últimos en completar las vías de comunicación del Norte, ahora nuestro principal recurso, los jóvenes, se ven abocados a la emigración con sus títulos y sus másteres.
Por todo ello, frente a la involución y al catastrofismo de algunos, muchos apostamos por más autogobierno y más recursos económicos para Asturias dentro de un Estado y de una Europa más solidarios y más sociales.
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