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España, una democracia a la deriva

15 de Noviembre del 2012 - Avelino Pérez Fernández

El relevo pacífico de la dictadura a la democracia, a partir de la muerte del dictador, se inicia con un espíritu de compromiso y voluntad de consenso entre personas procedentes de las organizaciones clandestinas, unas, y otras discrepantes dentro de las estructuras del régimen, también perseguidas y reprimidas, que, conscientes de la situación política de los españoles y del aislamiento internacional de que España era objeto y la preocupación por evitar un retorno a un pasado reciente de confrontaciones violentas y de nefastos recuerdos, fueron capaces de intensificar y fortalecer un diálogo, ya iniciado en el congreso de Múnich, para sentar las bases que abocarían en unas elecciones a Cortes Constituyentes y de ellas una Constitución refrendada por el pueblo español y que conformó la estructura institucional de nuestro actual Estado democrático. Ello fue posible también gracias a las aspiraciones y apoyo sostenible de una clase media trabajadora que a pesar de la férrea dictadura fue aflorando dentro de la misma. Esta misma clase, con los ciudadanos que la fueron engrosando en el tiempo, fueron, y son, el soporte básico para que nuestro sistema funcionase con normalidad hasta el momento permitiendo una andadura democrática sin precedentes en la España contemporánea. Hoy nos encontramos con una situación de crisis múltiple: crisis económico-financiera provocada por la especulación financiera y bancaria que desestabilizó la producción y el empleo; crisis inmobiliaria, en nuestro caso, que ha enviado a más de dos millones de trabajadores al paro. Entre ambas, la mayor cuota de desempleo que jamás se haya conocido en nuestro país y sin que la imaginación de nuestros políticos haya sido capaz de poner remedio. Crisis de credibilidad y representatividad entre la clase política, partitocracia, y la sociedad que dicen representar. Al contrario, se olvidan de sus propuestas electorales y las sustituyen por medidas impositivas al contribuyente menguando aún más su poder adquisitivo y, más aún, esquilmando las retribuciones salariales de los funcionarios.

Todas estas medidas de extorsión a la clase media, ya lo vemos, tienen un único objetivo: acudir en auxilio de los bancos que dentro de los mercados financieros e inmobiliarios camparon a su libre albedrío especulando y vendiendo hipotecas sin un mínimo control de fiabilidad. Éstos fueron y son los auténticos provocadores de esta catastrófica situación en connivencia con los especuladores, defraudadores y evasores de capital a los paraísos fiscales. La burbuja inmobiliaria generada por la ley del Suelo de 1998 hizo que los ayuntamientos, siempre necesitados de dinero, creyeran que era la panacea para los ingresos y se dedicaron a planificar a la carta suelo urbanizable y a capricho de promotores y grandes constructores. La burbuja inmobiliaria se desinfló y, además del desempleo generado, nos encontramos con centenares de miles de viviendas sin poder venderse, unas, y otras sin terminar, amén de los desahucios por morosidad de los titulares de hipotecas haciendo auténticos estragos económicos y psíquicos que están llevando a estos afectados, en paro y sin recursos, a la desesperación y a algunos ya abocados al suicidio consumado. ¡Vergonzante! Ante esta situación no se están tomando las medidas adecuadas de ahorro y de ajustes sobre los gastos superfluos y el despilfarro para recuperar nuestra credibilidad ante la Unión Europea. Alemania, con el doble de población que España, tiene veinticuatro aeropuertos; nosotros, cincuenta y dos. Les duplicamos con creces en cargos públicos electos; y entre ellos un Senado cual lujoso florero con trescientos senadores con sus remuneraciones pero sin funcionales concretas. Si el Senado ha de perdurar y es necesario como Cámara alta, hay que atribuirle las competencias territoriales correspondientes que justifiquen su existencia. De lo contrario seguirá siendo la caja de Pandora. A todo esto debemos añadir montones de proyectos, de «ocurrencias» ejecutados, mal planificados y evaluados técnicamente para su rentabilidad de uso público; amén de la perniciosa corrupción y evasión de capitales a los edénicos paraísos…

La derecha gobernante del Partido Popular, en el que confluyen todos los extremos de la misma y caso único en todos los países de la UE, ya vemos lo que está haciendo: medidas de austeridad y recaudación impositiva a los a los trabajadores e indultando a los evasores y defraudadores. Por tanto, la alternativa pasa por un resurgimiento del socialismo democrático en toda la Unión Europea, pero especialmente en España. Las ideas del socialismo en Europa fueron, con la ayuda y colaboración de socialcristianos y liberales progresistas así como los sindicatos de trabajadores, los precursores y promotores en la lucha por un Estado de convivencia solidaria y de bienestar social en los últimos cien años. El libre e incontrolado mercado sin fronteras, la localización y deslocalización de grandes empresas sin control alguno, está acabando con las conquistas sociales, hundiendo en la miseria a las clases productivas, retrotrayendo las desigualdades económico-sociales a los años cincuenta del pasado siglo y eliminando la clase media del espectro político social. Sin la clase media como equilibrio, la cerrazón de los partidos políticos a la apertura interna y externa con la sociedad y con la actual ley Electoral de listas cerradas y bloqueadas, somos y seguiremos siendo una democracia a la deriva. Los socios europeos que no arrastran este lastre nuestro y sobre todo los socialdemócratas, están preparando medidas de compromiso. En Holanda acaban de hacer un Gobierno de gran coalición, y en Alemania, a un año vista de las elecciones y según encuestas de sondeo y por si la situación se da según los mismos, están preparando un plan B similar. Nosotros todavía estamos lejos de esa madurez democrática.

Subtítulo: Las razones y la salida de una crisis múltiple

Destacado: La alternativa pasa por un resurgimiento del socialismo democrático en toda la Unión Europea, pero especialmente en España

Destacado: El libre e incontrolado mercado sin fronteras, la localización y deslocalización de grandes empresas sin control alguno, está acabando con las conquistas sociales

En España el Partido Socialista, fuerza aglutinante del centro-izquierda, nunca será el absorbente total de la misma como lo es el PP de la derecha, pero sí debe de estar atento a la colaboración y al entendimiento, además de servirle de acicate las mismas; tiene que reaccionar y salir de su letargo, recuperar la democracia interna que higienice, dignifique y legitime su militancia, y abrirse a la sociedad con un discurso creíble y propuestas realistas que merezcan y atraigan de nuevo el apoyo de aquellos más de once millones de electores que en 1982 le asignaron 202 diputados en el Congreso y a continuación la mayoría de las CC AA, alcaldías de capitales de provincia y grandes ciudades. ¿Le quedan o tiene aún los mimbres idóneos para realizar esta gran recuperación renovadora? A ver si es verdad y posible. España y el ciudadano trabajador y progresista lo necesitan con urgencia.

Avelino Pérez Fernández

Ex secretario de UGT de Asturias y ex diputado

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