La Corredoria sitiada
Estimado señor De Lorenzo: No me andaré por las ramas; el título de esta carta, a la vista de la realidad a pie de calle, no es hiperbólico. Así está dejando a nuestra localidad la reestructuración viaria a la que se la está sometiendo en las últimas semanas. Sólo le pondré un ejemplo concreto como usuario de las vías de este municipio: se ha convertido en vía de sentido único la calle Ciudades Unidas, con lo cual no se puede acceder a ella desde la AS-266 (la vieja carretera a Lugones) viniendo de Oviedo; tenía por costumbre hacer esta maniobra, hasta que un día hace poco más de una semana me encontré con unos operarios pintando las marcas viales sobre el asfalto que ante mi intento de acceder a la mencionada calle desde la AS-266 me preguntaron si no me había dado cuenta de que pretendía entrar en una calle que era de «dirección prohibida», «¿desde cuándo?», pregunté yo, vacilaron, era evidente que desde aquel mismo momento, por más que se hubiese anunciado en el periódico, como señalaron; por Dios, si todavía estaban pintando las rayas. Bien es verdad que se había colocado una señal de «sentido obligatorio» en la AS-266 que impedía el giro a la derecha que yo pretendía hacer, pero, señor, ¿ante un cambio tan drástico en una maniobra perfectamente normal y permitida durante lustros, no hubiese procedido también colocar una señal de «giro a la derecha prohibido», o no hubiese procedido emplear a unos agentes de la Policía Local en el cometido de avisar al conductor del peligro y señalarle la mencionada prohibición?
Por otra parte, señor De Lorenzo, le aseguro que ayer era imposible salir de la calle Aguamiera (donde vivo) en dirección a Oviedo respetando todas las marcas viales, señales verticales y elementos de balizamiento colocados ad hoc sin perder la cordura y/o la dignidad al volante. De verdad creo que debería pedirle a algún miembro de su ejército de urbanistas que se molestase en recorrer en coche el laberinto circulatorio que han diseñado, porque a lo mejor han empleado tanto talento en ello que se olvidaron de dejar una salida, encontrarla es, cuando menos, exasperante, si no un insulto a la inteligencia de sus conciudadanos.
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