La doncella del castillo y de la palma vuelve a las minas de Teverga
Nieve en las cumbres, día frío y lluvioso pero gozo en el corazón fue el paisaje rural y anímico que se sentía en el más de un centenar de personas que llenamos a rebosar el templo de Santianes con motivo de la fiesta de Santa Bárbara.
Ya transcurrieron veinte años desde el cierre de las minas de Hullasa pero permanece vivo, en todos nosotros, el espíritu de la festividad hasta el punto que se entronizó una imagen de la Santa en la sala de máquinas del pozo San Jerónimo.
Misa solemne con una bella introducción de Fermín, sentida homilía del reverendo Enrique Moro, ofrendas del pan, del vino, una lámpara y una cesta de carbón a cargo de Valentina, Mari, Toni Campiello y José María Iglesias, con un hermoso poema dictado por María José, llegada de Siero, y la gaita profunda de Balbo Menéndez. Luego, al final de los actos religiosos, todos en procesión hasta la Aragona con la imagen llevada por Alfredo, Nelson, Parga y Toni en medio de una descarga de gruesos voladores que lanzaba con júbilo y maestría de buen artillero Julio Veiga.
Subtítulo: Los mineros entronizaron una imagen de la Santa en el pozo San Jerónimo
En un camarín fue instalada la doncella del castillo y de la palma y el coro local puso fin a los actos entonando, con mucho gusto musical, una canción dedicada a la Santa y el Asturias patria querida.
En fraternal almuerzo se reunieron un buen número de asistentes y también aquellos que habían sido vigilantes de las minas. Me dicen que en la bien cuidada sala de extracción se quiere comenzar a montar un pequeño museo para el recuerdo. Una gran idea.
Hullasa y sus instalaciones carboneras han sido expoliadas por unos y por otros sin ningún cargo de conciencia. Ni una sola locomotora, ni un trole de transporte quedaron para mostrar el duro trabajo de los mineros. Sólo se yergue hacia un cielo plomizo, pero con la esperanza de todo un pueblo, el castillete con sus dos ruedas que nunca más volverán a girar, mientras un manantial de agua cristalina emerge de las profundidades hasta la «planta cero» para asomarse al sol en la bocamina de La Cruz. Por lo demás, recuerdos alegres y dolorosos que permanecerán siempre con nosotros de aquello que fuimos.
Muy buena organización y una nota alta para Fermín García Lorenzo, Juan Gutiérrez, Chiqui López, Emma Calleja y otros hombres y mujeres que trabajaron con denuedo y generosidad en nombre de varias asociaciones vecinales.
Con estos hechos y otros tan buenos, Teverga resurgirá hasta el lugar que se merece por méritos propios. Que viva siempre con nosotros el espíritu de la doncella del castillo y de la palma.
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