El campo de fútbol de Cudillero
Leyendo la carta aparecida recientemente de un tal José El Camuño en su periódico, lo primero que me vino a la cabeza fue que se trataba de tal simpleza que no merecía contestación porque se calificaba perfectamente a si misma. Su autor, que no conozco, es uno más de esos adecuadamente convencidos por la demagogia municipal de Cudillero o sencillamente un ignorante de la naturaleza verdadera de las cosas. Si es el segundo caso, me veo obligado a hacer una serie de puntualizaciones de carácter didáctico, todas basadas en documentación pública y oficial, a mi juicio necesarias para contribuir a que se conozca adecuadamente la verdadera historia de todo este asunto.
En primer lugar, decir que SOS Cuideiru, al igual que otros grupos que se han manifestado en este tema, defiende unas instalaciones deportivas dignas. Esto lo puedo escribir cien veces seguidas por si no se enteran algunos, pero manifestado está con claridad. Segundo, el nuevo complejo deportivo no es más que una tapadera, una excusa, para iniciar un millonario proyecto de recalificación urbanística para la empresa ANJOCA, rechazado por instancias del Principado de Asturias en 2006, y que ahora se intenta colar de nuevo. Tercero, este proyecto de casi 600 viviendas, muchas en bloques, afectaría gravemente a un monumento natural de la Turbera de Las Dueñas y al POLA, instrumento gracias al cual conservamos una costa en relativas buenas condiciones. Cuarta, al Ayuntamiento ni se le ha pasado por la cabeza buscar alternativas para esas instalaciones, que las hay, empezando por el terreno de juego actual, que se puede rehabilitar. Además, curiosamente Cudillero es el municipio rural con más terreno urbanizable de Asturias. Quien quiere buscar encuentra. También financiación. Quinto, el alcalde defiende esta opción como la única y para ello no se corta en propagar la demagogia, el engaño y montar números mediáticos pretendiendo hacer creer que se defiende una cosa cuando en realidad se busca presionar a las instancias regionales para la consecución de objetivos más ocultos. Este ahínco en defender intereses tan privados nunca ha sido explicado por su parte.
Por lo tanto, instalaciones si, pero no en ese lugar, pues existen alternativas. Además, que nadie se engañe, lo aprobado hasta el momento es un terreno de juego (exclusivamente) en condiciones peores que lo que ya existe. Ni iluminación, ni vestuarios, ni cubiertas, ni aparcamientos. Quien diga otra cosa, miente. Ni que decir tiene que ni piscina, ni polideportivo, ni pista finlandesa, ni nada. Y el contrato firmado a última hora con la empresa, para poder demostrar la disponibilidad de terrenos, es una trampa que puede acabar hipotecando el futuro económico del municipio, y además está plagado de irregularidades.
Yo pediría más reflexión, más pensar por uno mismo. Creo que no deberíamos dejarnos arrastrar por la demagogia y hacer el caldo gordo a millonarios proyectos semiocultos que van a perjudicar al conjunto de la ciudadanía de Cudillero y beneficiar exclusivamente bolsillos privados. El patrimonio natural y paisajístico de Cudillero es uno de sus principales valores, también pensando en el futuro. Debemos defenderlo, es una cuestión de amor propio y sentido común, y existen alternativas para las instalaciones deportivas. Desgraciadamente, los intereses son los intereses.
Aclarado esto, si el señor Camuño persiste en su actitud no tendrá más remedio que reconocer que le importan un pito los valores naturales de Cudillero y el que se preserve la costa asturiana. Que no le importa que una empresa se forre con un gran pelotazo urbanístico perjudicando los intereses generales. Que está de acuerdo en que se actúe bajo el engaño y la manipulación. En que se camine al filo de la legalidad para servir intereses privados. Y finalmente, se verá obligado a reconocer que ese alcalde al que aclama servilmente al estilo de líderes pretéritos felizmente enterrados, mantiene una actitud en todo esto, como mínimo, sospechosa.
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