Al Arzobispado de Oviedo
Por la presente les escribo humildemente para pedirles que borren mi nombre de cualquier expediente de la Iglesia católica, ya que quiero apostatar. Sé que estoy en mi derecho, dado que existe la ley de Protección de Datos y existen antecedentes al respecto de otras personas que lo han hecho.
Debido a mis principios éticos y morales, me veo en la obligación de recurrir a esta medida. Yo creo en la divinidad, pero en una divinidad solidaria que no hace distinciones entre personas. Creo en Jesucristo y los apóstoles, hombres y mujeres que predicaron una divinidad justa y solidaria.
Si quieren saber las razones, éstas son muy claras. Debo decirles que yo y muchísimas otras personas, gracias a Dios, creemos firmemente que la Iglesia católica atenta contra varios principios básicos de la dignidad humana:
Jerarquía. Cualquier institución basada en las jerarquías, tal y como hace la suya, vulnera desde mi punto de vista los principios del cristianismo.
Materialismo. Simplemente voy a decir que sólo con el pan de oro que hay en el Vaticano se podrían vacunar a miles de niños de malaria. El verdadero templo de la oración no son edificios.
Machismo en relación a Dios. Creo que aquí sobran comentarios. Los varones «construyeron Dios» a su imagen y semejanza, es decir, un Dios patriarcal, y, cómo no, un varón blanco, que, debido a su influencia de religiones paganas, recuerda mucho a Zeus. La mujer representa el sexo ligado al pecado (véase la Virgen María, un ideal femenino incapaz de ser imitado por las mujeres mortales) y, por tanto, queda excluida de ejercer el sacerdocio, hacer doctrina, etcétera, etcétera.
Machismo y racismo en la iglesia. Aquí también sobran comentarios. En el momento en que una mujer negra pueda acceder al papado, quizá me replantee mi postura. Durante dos mil años, sólo varones blancos han llegado a lo más alto de la jerarquía, jerarquía que, por otra parte, ya he dicho que es contraria a los principios del cristianismo. La propia Biblia dice: «Mujer, obedecerás a tu marido». ¿Cómo puede una institución así seguir vigente en nuestros días? Es ilegal y anticonstitucional hacer diferencias por razón de sexo, raza, etcétera, etcétera. En este país, la Iglesia es claramente misógina. Y es la única institución, junto con la Monarquía, que discrimina formalmente a las mujeres. No debemos permitir que esto siga ocurriendo.
Dogmatismo. La Iglesia católica se cree que posee la exclusiva de lo que está bien y mal. Me gustaría que algún cura supiera lo que es quedarse embarazada fruto de una violación para poder decidir sobre temas tan importantes como el aborto.
Hay que tomárselo en serio. Por supuesto que hay que evitar matar a seres humanos. Yo también estoy en contra, pero no he visto a ningún sacerdote manifestarse en contra de la violencia de género que tantas mujeres se ha llevado en nuestro país, asesinadas a manos de bárbaros. ¿Por qué? No lo sé.
Por otra parte, hablan de unidad familiar y ellos deciden qué es familia y qué no. ¿Por qué? No lo sé. Lo importante no es si una persona es homosexual (pues de eso estoy hablando), sino cómo es su personalidad. ¿Por qué dan importancia a cosas que no la tienen?
Por estas razones y otras muchas, pido mi exclusión de una institución que atenta contra mis principios morales.
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