No a la Semana Negra en El Arbeyal
Hacía algún tiempo que el Ayuntamiento y los vecinos de La Calzada, y del distrito V en general, no nos veíamos las caras. Las tropelías que se han perpetrado en esta zona de Gijón son históricas y no lo han sido más por la determinación de los ciudadanos que, con protestas y movilizaciones, las han impedido. Recordemos lo que hubo que hacer para que la zona de Moreda tuviera una amplia zona verde, para que en el "prau Moro", en vez del parque prometido y hoy existente, no se construyeran viviendas, para que la autovía al Musel no pasara por el valle de Jove, para que se construyeran dos depuradoras y no todas las "caquitas" de Gijón fueran a parar al Musel, etc. Parecía que, últimamente, no nos estábamos pisando los callos y hasta estábamos contentos con como habían quedado algunas zonas, como el entorno de la playa del Arbeyal y el parque del Lauredal, pero eso era hasta ahora. La falta de previsión y la incompetencia de algunos responsables municipales ha tenido la consecuencia, en el asunto que tratamos, de reiteradas denuncias vecinales, primero en la zona del Molinón y después en la de Poniente, y del enfrentamiento con las autoridades universitarias, llegando incluso al insulto a la rectoría por parte del señor Taibo, que se ha convertido en el virrey del evento. La improvisación ha obligado al Ayuntamiento a anunciar sus intención de ubicar la "Semana Negra" en El Arbeyal, corriendo el riesgo, no menor, de una sangría de votos en un distrito donde el PSOE suele salir favorecido. No hemos palpado nosotros ese entusiasmo de los vecinos que nos relata algún periódico local, al contrario, la ciudadanía de La Calzada sabe perfectamente lo que significa no dormir en unos cuantos días y los destrozos que se ocasionarían en la zona y, mayoritariamente, están indignados.
Ya sabemos que las denuncias no sirven para nada y los vecinos de este barrio vamos a intentar impedir el atropello. Aquella "Semana Negra" que empezó siendo un acontecimiento cultural se ha convertido en una romería donde proliferan las atracciones de feria, los bocadillos y los chiringuitos donde se venden, hasta ahora impunemente (aquí sí que va a haber denuncias), productos falsificados y donde la música se mide en megawatios y macrodecibelios, sin que importe, para nada, la salud de la gente. Ya veremos en que queda todo esto.
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