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La píldora del día después, deshaciendo entuertos

25 de Mayo del 2009 - Pedro Bengoechea Garín

Términos "anticoncepción preimplantatoria", "anticoncepción de emergencia" y "anticoncepción poscoital" son expresiones recientes de valoraciones contradictorias y de cambio semántico en la definición de la concepción, incorrectamente usadas para describir la administración de un fármaco o del uso del instrumento poscoital con la intención explícita casi siempre de detener la implantación de un embrión humano recién constituido. Las tres expresiones hacen referencia a la píldora del día después (PDD).

Subtítulo: Con este fármaco se termina casi siempre con una vida humana

Destacado: Se está cometiendo un aborto y esto es lo que debe valorarse fundamentalmente al juzgar éticamente su uso

Cabe decir que desde 1985 ha habido una redefinición en la terminología sobre reproducción: conceptos como "fecundación", "concepción", "embarazo", que fueron siempre definidos de forma casi idéntica en los manuales de medicina y embriología, y lo que hasta entonces se entendía la concepción de una persona como el resultado del proceso de fecundación que señalaba el comienzo del embarazo, desde la reunión de la Federación de Ginecología y Obstetricia de esa fecha, sufrieron un cambio sustancial el significado de las palabras y la valoración ética de las acciones. Se acordó que el embarazo se establecía con la implantación del óvulo fecundado en el útero materno y, por lo tanto, un abortivo interrumpía un embarazo sólo después de la implantación del embrión en el útero y no antes, pues antes -dicen- sería una anticoncepción de emergencia que funcionaría inhibiendo o retrasando la ovulación, lo cual no sería un aborto. Éste es el fundamento de los que disocian la concepción de la fecundación y la asocian con la implantación, y piensan y hablan de que la píldora del día después es simplemente un anticonceptivo de emergencia y nunca un método abortivo, sobreentendiendo que hasta que se produce la implantación en el útero no existe ser humano. Pero no cabe duda de que esto es una falacia. Cuando cambia el significado de una palabra, la verdad se cambia.

Hay un desvío de la ortodoxia de las definiciones. Son los equívocos semánticos y conceptuales de la información que en estos días nos bombardean. En la píldora referida su mecanismo de acción es impedir o modificar la ovulación y/o impedir la implantación del embrión. De los estudios se deduce que se producen ambos efectos: anovulatorio (27% de las veces) y antiimplantatorio, siendo éste el predominante, con independencia de que la píldora se tome antes, durante o después de la ovulación. Existe, pues, evidencia de un efecto post fertilización (actúa después de que el embrión se ha generado). Por lo tanto, se diga lo que se diga, quien lo diga, como lo diga y en el medio que lo diga, con esta píldora se termina casi siempre con una vida humana; por su acción antiimplantatoria, se está cometiendo un aborto y esto es lo que debe valorarse fundamentalmente al juzgar éticamente su uso.

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