Carta a Ernesto Burgos
Amigo Ernesto: De vez en cuando remuevo este baúl de los recuerdos, y ahora me he encontrado con un trabajo tuyo que ha publicado LA NUEVA ESPAÑA en la página 9 del ejemplar que vio la luz el domingo 20 de febrero de 2005.
Te refieres en él a la salida a Castilla y a su impulsor Jovellanos que ya se había referido a la carretera por el Puerto de Piedrafita, entre el valle allerano de Casomera y la comarca leonesa de Torio, aunque se decantaría por la carretera del Pajares.
También anduvo por estos andurriales pateando el terreno por si era factible esa carretera por Piedrahita, don Juan de Llano Ponte, aunque 45 años después de la muerte del prócer gijonés. El señor Llano Ponte, de Avilés, que, como sabes, se hacía llamar a sí mismo «Juan de las Carreteras», fue quien, el domingo 17 de agosto de 1856, escribía desde la Venta de San Pedro, «en lo alto de Piedrafita» (sic), a don Sebastián Fachal, explicándole los pormenores de su viaje desde Oviedo, pasando por el concejo de Aller.
Se hizo acompañar en aquella ocasión por el señor Solís, el señor cura de Bello, hombre de excelente humor, el señor Prado y «los dos intrépidos cazadores de Aller, Luis Faes y Juan de Cabañaquinta, que nos proporcionarán mañana el gusto de los rebecos, si el tiempo se mejora un poco. Estos son los más a propósito, por el increíble conocimiento que tienen de todas las veredas y pasos de esta inaccesibles montañas, y además por ser hombre de un despejo poco común entre gentes que tan a menudo están en amable plática con osos, lobos, robecos, y gente de esta ralea».
Naturalmente en la carta le envió un somero informe al señor Fachal, tanto del camino como de su alojamiento ya en el alto del Puerto.
«Contaba, amigo mío, escribir a usted con un pie en Asturias y otro en Castilla: pero fue imposible porque no me dejaron el viento y la lluvia. Me recogí a esto que llaman venta, sin duda por estar vendido en ella el transeúnte, por la exposición a morirse de hambre, a quedarse helado o a que le caiga el techo encima».
Continúa su relato don Juan, pero no viene al caso ni se aviene tanto texto al espacio en esta sección del periódico; solamente las palabras que escribió sobre el último tramo de su viaje «... emprendimos la subida a este Puerto, con el objeto de ver si desde el pueblo de Casomera, hasta donde puede traerse un excelente camino, sería fácil construir, al menos, uno regular de carro. Mucho tiempo nos llevó la subida; tuvimos el disgusto de ver la gran dificultad, y lo costoso que sería».
Así es que no fue solamente Jovellanos quien encontraba este acceso a Castilla muy dificultoso, aunque si nos acercanos en el tiempo hacía nuestros días, los medios de que hoy se dispone, en cuanto a Obras Públicas se refiere, ya permiten que las dificultades del siglo XIX se hayan quedado ahí, en el XIX.
La comisión encargada, en tiempos de Jovellanos, de estudiar ambos pasos a Castilla, es decir, Pajares y Piedrafita, estaba formada por el diputado don Lope José de Argüelles, que dicho sea de paso, votó por Piedrafita, por el ingeniero Fray Guillermo Cosío, el diputado Ramón de Jove, y el procurador general. Después de examinar los dos puertos se decidieron por Pajares. Una de las alegaciones era la gran cantidad de nieve que se acumulaba en Piedrafita (Jove aseguraba haber medido por si mismo más de dos varas de nieve en Piedrafita, mientras que en aquel mismo tiempo no había ninguna en Pajares). Hay una diferencia de 304 metros altitud, que no es poco. De 1683 a 1379 son las que cifras que nos dan don Luis Adaro Ruiz-Falcó para ambos puertos.
El costo por Pajares también es menor que si se trazaba la carretera pro Piedrahita. Ahora es Luciano Castañón que nos aporta las cifras. Uno se aceraba a los 10.377.000 reales y otro se quedaba en 10.069.050 reales.
Tocaba también este mismo tema, y en este mismo periódico que airea y publica nuestras inquietudes o las grandezas y debilidades de nuestros pueblos, José A. Ordóñez, el lunes 2 de mayo de 2005. Nos dice que Castilla y León destina 7,8 millones a mejorar la carretera de Piedrahita y que la Junta de aquella autonomía pide la colaboración del Principado para completar la conexión entre Aller y la Meseta castellana.
Por enésima vez el alcalde y concejales de Aller hicieron gestiones para incluir estas obras en el listado de fondos mineros para 2006-2012. En veces anteriores les había contestado desde el principado que se rechazaba pro el posible impacto ambiental. ¡Toma ya! Chocamos con el Principado y eso nos lo dice Beatriz G. Fanjul en la página 14 de LA NUEVA ESPAÑA del martes 7 de febrero de 2006.
Bien; el caso es que en Aller tenemos accesos a Castilla sin terminar, y con todo hecho por la parte de León hasta la misma raya límite con Aller. Vegarada y Piedrahita. Después de Leonardo G. Ovies y Francisco Cabrera, que tu mencionas en ese trabajo, con su proyecto de 1929, ya nada se ha hecho sobre este particular, a pesar de que necesitamos «como el comer» potenciar el turismo, que es lo que nos va a quedar además de la cara de tontos, después del cierre de las que antes se conocían como minas de carbón, el éxodo masivo de los chavales y el empecinamiento de nuestros políticos de Oviedo, en conseguir que Aller se convierta en un paraje desolado. ¿Se retomará como supones, ese planteamiento? Yo también espero que pronto podamos felicitarnos con alguna de estas obras, pero, de momento, la felicitación va solamente hacia ti por tus artículos. Un abrazo, amigo.
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