Pre y jubilados
Hace tiempo que le tengo ganas a este tema. Desde mi larga trayectoria profesional, ex director de EFP Elisa y Luis Villamil, técnico de formación de Alúmina Aluminio –hoy Alcoa–, responsable de formación de prensas y chasis en GME, jefe de RRHH de Endesa en As Pontes de García Rodríguez... he tenido la oportunidad de conocer a excelentes y honestos profesionales de éxito conocido –y reconocido– que hoy, muy jóvenes aún, están prejubilados o recientemente jubilados.
Personas que lo han sido todo, que ya han hecho su carrera profesional de forma brillante y, hoy, con su vida más o menos resuelta de forma confortable y con una experiencia impagable, están «retirados», es decir, «infrautilizados». Personas que no necesitan tomar decisiones «interesadas», pensando en asegurarse las espaldas. Es decir, si ocuparan un cargo público, no necesitarían corromperse en sus decisiones para que cuando cesasen en esa actividad, alguna de las empresas «beneficiadas» les asegure un buen puesto (no quiero acordarme aquí de los: Zaplana, Rato...).
Mientras, en este país, un montón de mediocres que no han hecho nada –hasta ahora– más que vivir del dinero público –y de dineros corruptos– nos gobiernan, eso sí, forrándose en el presente de forma asquerosa y asegurándose su salida para cuando cesen. Incompetentes desalmados que ocupan el «puesto» pensando en servirse y no servirnos (ejemplos a cientos y de todos los colores).
Pues bien, desde estas líneas quiero hacer una llamada a esos excelentes profesionales, ya pre o jubilados, para que den un paso al frente, se organicen, y formen una plataforma política que pueda presentar candidaturas honestas para desbancar a cuantos más corruptos mejor (mis máximos respetos a la mayoría –o eso espero que sean– de políticos decentes).
Desde aquí invito a que alguien dé un paso al frente, hay muchísimos donde elegir «ex de»: eléctricas, mineras, banca, siderurgia, telefónicas..., ofrezca un correo electrónico de contacto y, es muy posible, le «lluevan voluntarios honestos y preparados».
Dadas las limitaciones de espacio, sólo me queda decir que, si esa iniciativa surge, me ofrezco –a tiempo parcial– para conserje, policía interno voluntario para auditar permanentemente la gestión de los que ocupen cargos de relevancia, recadero, telefonista... o cualquier actividad –por supuesto de forma gratuita– donde se me encuentre alguna utilidad. Mi carrera ya está hecha y no me apetece iniciar un «trotecillo» mediático a la vera del poder que se establezca.
Nota: en su día tuve ofertas políticas –algunas de importante relevancia– por parte del PSOE, PCE y del PP (todas las descarté –y me alegro– pues aposté por intentar ser un buen profesional en lo mio).
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