Escuchen a los maestros
Estimado señor jefe de gabinete del Consejero de Educación:
Le escribo esta carta en respuesta a la suya en la que menciona mi sugerencia de difundir en Asturias una campaña de dignificación del profesorado similar a la llevada a cabo por el Gobierno de Extremadura.
Puedo dar crédito a su afirmación de que tenían previsto preparar una campaña de esta envergadura. Se lo agradezco en nombre de toda la comunidad docente asturiana. Lástima que usted plantee desde su inicio el poco eco que tendría entre nosotros, prueba una vez más de la desconfianza que sus jefes, y usted, tienen en el funcionariado asturiano que siempre ha sabido ser agradecido, pues es bien nacido. Añade también que sería utilizada en contra por los que reivindican un espacio de negociación propio. ¿Se dan ustedes cuenta de que esos que Vd. menciona somos todos los docentes? Nosotros, que hemos asistido estupefactos a una maniobra política de la que el mismísimo Stalin estaría orgulloso: adulteran el resultado de unas elecciones sindicales en las que el sindicato SUATEA asume la presidencia de la Junta de Personal en lugar de sus colegas de UGT, reubicando toda negociación en la mesa general presidida por... ¡UGT! Sume usted conmigo: 2+2= pucherazo.
Estoy absolutamente de acuerdo con VD. en cuanto a que esta campaña de dignificación del magisterio es necesaria. También en que tienen que buscar la ocasión apropiada para ella. ¿A qué están esperando? ¿Es tan difícil salir a la palestra (aunque en ella escaseen los pinchos de tortilla), reconocer lo que es público y notorio (que se han precipitado, equivocado y empecinado), asumir el error, e inmediatamente ponerse manos a la obra para corregirlo de inmediato?
¿Es que no lo harían ustedes en su propia casa?
También asegura que desde la consejería están convencidos de la contribución del profesorado a los buenos niveles de la enseñanza en el Principado. Obvio. Y también contribuyen los alumnos, y sus familias, y el personal de limpieza, y los CPR's... Y también que están convencidos de la necesidad de revalorizar la función docente. Le creo, aunque tienen ustedes una curiosa forma de demostrarlo, como quien quiere a otro pegando.
Señor Jefe de Gabinete: dígale al señor Consejero que escuche a los maestros. Sólo queremos trabajar, y que nos dejen hacerlo en paz. Ustedes los políticos se pasan las legislaturas cambiando las leyes de educación al antojo y servicio del ideario del partido en el poder. Y en cada cambio jamás de los jamases han consultado al colectivo docente. Así nos va.
Creo que son ustedes buenas personas. Francamente se lo digo. Lo malo es que llevar tanto tiempo en el poder gobernando con tan exuberante prepotencia termina por pasar una costosa factura: se pierde el sentido de la realidad y acaba uno imbuido en una densa nube de narcisismo superlativo que, en el ápice del paroxismo, termina por precipitarles al abismo. Bajen de la nube.
Llegados a este punto, parece que podemos estar de acuerdo en sus buenas intenciones. Concluyamos pues que la raíz de nuestro malestar está causado por la señora consejera Migoya, que quiso revalorizarnos mintiendo sobre nuestro astronómico sueldo, y promoviendo un proceso evaluativo inquisitorial. No está sola. El señor Lastra, portavoz del PSOE en la Junta General, nos alabó también mentando a la cantidad de personas que "las están pasando putas" mientras nosotros protestamos. Vaya. En diciembre de 2003 había 82.943 demandantes de empleo en Asturias (82.943 personas "pasándolas putas"), y los grupos de la Junta General lo festejaron adquiriendo cuatro VW Phaeton. Montante del festejo: 266.592 Euros. Yo para ser feliz quiero un Phaeton...
Termino. señor Jefe de Gabinete: no queremos ni sus zanahorias, ni los palos de la Sra. Migoya. Dialoguen con nuestros representantes y busquen soluciones, que las que pedimos son gratis. Les recomiendo que lo hagan antes de que los votantes ejecuten el mensaje: Riverstone go home.
Gracias por su atención. Reciba un cordial saludo: Daniel Fernández Montes. Maestro.
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