Los últimos pistoletazos de los medios tal como los vemos . ¡Viva internet!
No sé si desde que me he jubilado y cambiado las gafas, veo la realidad de otra manera, o ciertamente la realidad es de otra manera.
Habitualmente, los que tienen acceso a expresarse en los medios, suelen ser personas que ocupan cargos más o menos importantes. Los de a pié tenemos la oportunidad, cuando en la sección de Cartas tienen a bien dejarnos un rinconín después de enviar el escrito. Pero la gran mayoría, ni eso.
El texto va sobre los primeros, los encargados, que son los que salen casi todos los días. Y no suelen ser encargados por sus capacidades aunque a veces las enseñen-, sino por sus amistades o por una lealtad a prueba de bomba. Y cuando digo bomba me refiero a aquello de vender hasta el alma para mantenerse. En definitiva, no tener dignidad, ser un indigno.
Y si no, explíquenme como algún profesional de la negra semana puede decir, sin ponerse colorado y salvo que estuviese bajo los efectos de algún efluvio, que un Rector es un indocumentado o un inculto, o como lo haya dicho. Pero ¿es que habrá que demostrar hasta lo obvio?. Solamente se puede entender desde la alacena de quien, al no tener argumentos, bufonea y da titulares. Y como los medios entran al trapo y les encantan los titulares A buen seguro que si no tuviese -el de la frase- la certeza de que al dia siguiente sería primera página, no la habría mencionado.
Pasa lo mismo con algunos escritores profesionales de periódicos. Generalmente del último escalón. A los que utilizan generalmente los pudientes dirigentes encargados, con la aquiescencia de sus jefes, para provocar. Provocar la noticia. Provocar la diatriba. Provocar el comentario y en consecuencia, vender aprovechándose de la morbosidad de la gente.
Está de moda decir que la prensa escrita está en las últimas. Y se le echa la culpa a internet. Hay quien dice que las noticias son efímeras. Que los periódicos son lentos. Que la letra queda y la voz marcha. Admitiendo que, indudablemente la radio es más ágil, más rápida y más inmediata, tiene la limitación de que, o la enchufas permanentemente, o escuchas repetidamente la noticia cuando puedes escucharla. Y la tele, con las mismas armas que la radio pero, además, con la imagen.
Desde hace algún tiempo se prostituye la escritura y no solamente en el sentido ortográfico. Cualquier observador ya se ha dado cuenta. Desde hace menos tiempo, cuatro, cinco años- se prostituye la palabra. Cuando se introduce lo políticamente correcto o se utilizan términos rebuscados para expresar situaciones que tienen su propia palabra. Desde hace poco, se prostituye la televisión, desde el momento en que se montan imágenes, se trucan, se ofrecen a los espectadores, con conocimiento o sin él, para provocar reacciones y para aprovechar también la morbosidad.
¡Y se extrañan de que internet sea el futuro¡. Por lo menos, hasta ahora, la libertad impera para bien y para mal. Pero eso es la esencia de la libertad: que cada uno tenga opción entre ofertas. Está claro que, de momento el juego es libre pero solamente lo será hasta que encuentren la forma de controlarlo y ofrecerlo, bien limitándolo, bien engañándolo, en definitiva, prostituyéndolo. Al tiempo
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