Oportunidades perdidas
«Una crisis es una oportunidad». Esto es cierto casi siempre, pero las oportunidades hay que saber aprovecharlas. La medicina de familia y toda la atención primaria está sufriendo desde hace años una crisis comparable a la clara decadencia de nuestros políticos. Aunque en el caso de la atención primaria no es achacable a sus trabajadores, sino a la vulgar razón de que cada vez está siendo menos financiada (por los políticos). El porcentaje de gasto sanitario que se le dedica ha disminuido a pesar de grandilocuentes declaraciones calificándola como «piedra angular» y «puerta de entrada del sistema sanitario». Asturias, en concreto, según la Federación de Asociaciones de Salud Pública en su informe sobre «La salud y el sistema sanitario en las comunidades autónomas» de enero de 2013, es la autonomía española que menos financia la atención primaria, al dedicarle el 11,63% de su presupuesto sanitario.
Esta falta de financiación se traduce en exceso de demanda y en que dicha demanda impide desarrollar las otras funciones fundamentales de la atención primaria: prevención, promoción de la salud, docencia y la necesaria formación continuada de los trabajadores. Nos dedicamos como podemos a atender lo que va llegando, la enfermedad, lo no demorable; lo urgente no deja tiempo para lo importante.
Pues, bien, en este contexto nos dicen que habrá que trabajar 2,5 horas más a la semana, una tarde. A ningún trabajador le gusta que empeoren sus condiciones de trabajo, sobre todo, si se hace mal, y sin escuchar a nadie, pero ese no es el tema de esta reflexión, por lo que haciendo de la necesidad virtud, muchos pensamos que esta crisis era una oportunidad; en esas horas, sin el agobio de la demanda, podríamos reunirnos, formarnos o realizar actividades de prevención y promoción.
Pero no se ha sabido aprovechar la oportunidad. Las ordenes de la Consejería que nos han trasmitido a través del gerente son que el equipo debe cumplir ese horario en dos tardes diferentes, la mitad en cada tarde, sin aducir motivo alguno; ya que teniendo en cuenta que cada sanitario atiende su cupo, sólo en su tarde, no tiene ninguna justificación, pues no amplia la oferta. El único motivo posible es porque así no se reúnen los equipos, no hablan, no piensan y no tienen ideas..., ¿alguien teme quedar en evidencia? Y en cuanto al contenido de esas tardes, las instrucciones son que sólo asistencia, demanda...
Subtítulo: Una visión de la sanidad desde la atención primaria
Destacado: Nos dedicamos como podemos a atender lo que va llegando, la enfermedad, lo no demorable; lo urgente no deja tiempo para lo importante
En resumen: nuestros políticos no han sabido, o no han querido, aprovechar la oportunidad de darle un balón de oxígeno a la asfixiada y en crisis, crítica casi, atención primaria.
Ángel Comas Fuentes
Médico de familia del centro de salud de Otero y
Profesor asociado de Medicina Preventiva y Salud Pública
de la Universidad de Oviedo
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