Fascismo y racismo en Gijón
El pasado sábado 16 de febrero, en Gijón, a las 17.00 horas, asistí a la manifestación de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que organizaba el acto en repulsa a ese genocidio financiero que están suponiendo los miles de desahucios por todo el país. Cuando me acerqué a la manifestación oí gritar a la gente: «¡Nazis fuera!». Y cual fue mi sorpresa cuando vi a unos energúmenos intentando infestar la manifestación con pancartas y consignas. Con una actitud muy violenta, estos tipos increparon a l@s manifestantes, que lógicamente no iban a permitir ese tipo de mensajes. Los antidisturbios, muy amablemente, con una delicadeza asombrosa, los apartaron de la manifestación. Uno de los fascistas le dijo a un antidisturbios: ¿por qué los protegéis, no veis que son los mismos que os ponen las bombas bajo el coche?». El antidisturbio le respondió «ya lo sé, hombre, pero ahora os tenéis que ir»... ¿Ya lo sé, hombre? Ojo a este dato, para esta gente, es decir, tanto para neonazis como para antidisturbios quienes nos manifestamos para que se cumpla el derecho básico de la vivienda, quienes nos manifestamos contra la corrupción y el genocidio financiero somos terroristas. Ojo a este preocupante dato. Admírense de cómo se abusa del perverso tópico: la gente honesta que luchamos somos terroristas. Qué cómodo. Qué fácil. Qué siniestro.
Y los neonazis estaban de celebración por Gijón porque había un acto afín, a las 19.00 horas, en un espacio público. Dentro de unas jornadas de historia militar los cachorros nazis acudían orgullosos a la conferencia «Krasn-Bor, la última gran batalla de la historia militar española». Una charla de Carlos Caballeros Jurado, historiador ultraderechista. Los cachorros anduvieron anunciando dicha charla como un homenaje a los «españoles caídos en la lucha por defender a Europa del comunismo y del sionismo». Todo ello en un espacio público cedido por el Ayuntamiento para que esta gentuza pudiera expresar sus rebuznos xenófobos (con perdón de los burros). Y antes de ir a su charla se fueron a la manifestación contra los desahucios a mostrar su virilidad racista y fascista. Le recuerdo a la señora Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón, que el racismo no es una opinión, es un delito. Corear «negros no, España no es un zoo» es un delito y una perversión moral. Y esos cachorros campaban a sus anchas gracias a su permisividad con el acto fascista de las 19.00 horas y gracias al colegueo de buena parte de los cuerpos de seguridad. Vi también con mis propios ojos cómo los nazis pasaban delante de la plaza del Parchís agrediendo a la gente y gritando barbaridades como la anterior mencionada. Debo insistir en la perversión de sus consignas. A la Policía sólo le faltó dejarles el tolete para que siguieran ejerciendo su vergonzante violencia. ¡Cómo los protegían, con qué amabilidad! Ynosotr@s, las personas honestas que nos movilizamos contra los desahucios somos los terroristas. Ojo con este dato.
Señora Carmen Moriyón, esto no es ninguna broma, le puedo garantizar que la violencia generada por estos individuos puede tener consecuencias muy graves. Sobre todo, en estos tiempos tan tensos. Y también le garantizo que no ocurrió una tragedia este pasado sábado por pura causalidad. Le pido, por tanto, que tanto usted como el resto de los ayuntamientos cierren las puertas de los espacios públicos para hacer apología del racismo, la violencia gratuita, la incultura, la intolerancia y, por supuesto, la total falta de democracia. La historia ya nos dio una lección, así que, por favor, deje de abrirles las cloacas.
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